CINE: NICKEL BOYS de RaMell Ross

 

USA 2024

Ethan Herisse. Brandon Wilson. Daveed Diggs. Aunjanue Ellis Taylor. Luke Tennie. Fred Hechinger. Hamish Linklater. Jimmie Fails. Craig Tate. Sunny Mabrey. Ethan Cole Sharp. 

La Nickel fue un reformatorio de Florida que, cuando en los años ochenta tuvo que enfrentarse a acusaciones por malas prácticas, dejo al descubierto un infierno de malos tratos, torturas y abusos especialmente contra los residentes negros ( obviamente, existía una clara segregación entre estos y los residentes blancos ). Más allá de la maldad presente en el mal uso del poder, la Nickel era en su parte más cruel, el reflejo del racismo que seguía existiendo en el país.

La novela de Colson Whitehead, ganadora del Premio Pulitzer ( y que comenté aquí no hace mucho ) utiliza la amistad entre dos internos para retratar ese infierno. Me pareció un buen libro pero creo que me desconcertó su distancia frente a condenas aparentemente mucho más contundentes de situaciones similares. Y sin embargo, la película de Ross ( que, lo digo ya, me parece imponente ) me hace entender esa mirada desde lo subjetivo y la capacidad de generar sensaciones que van mucho más allá de lo evidente.

Lo que nos propone el director podría parecer un ejercicio de estilo, casi una creación artística, como ocurría en La Zona de Interés. Son muchos los elementos que componen la gramática de Nickel Boys, y como ocurría también en aquella cinta sobre la banalización del nazismo, algunas piezas pueden resultarnos confusas, pero la fuerza del conjunto es impresionante. Leo que Ross ha sido antes documentalista y comprendo entonces la textura de crónica que le da a la historia, cruzándola con imágenes reales que nos sitúan mentalmente en una época más cercana de lo que nos gustaría para sentirnos exentos de cualquier culpabilidad.

La cinta se construye sobre la mirada y sobre la ausencia. La mirada es preferentemente la de Elwood, el protagonista, aunque admita giros en ocasiones, tal y como nos anuncia una inteligente escena reflejo. Es un ejercicio coherente, complejo y fascinante. Pero también lo hace sobre la ausencia: no tenemos más información que la del propio protagonista, incluso menos en ocasiones, y es ahí donde podemos sentir que es mucho más fuerte el horror de no saber, e incluso el de tener que comprender que la maldad absoluta vive en un entorno aparentemente tan normalizado. El miedo de entender que lo inimaginable existe y está a nuestro lado.

Nickel Boys es una construcción narrativa magnífica pero es también una cinta moral que nos recuerda lo que no hay que olvidar al tiempo que se atreve a desdramatizarlo para que sea la verdad. Sin ahorrar símbolos, algunos más claros que otros, como ese amontonamiento de zapatos que emparenta la historia de estos chicos con otra historia de terror universal. Requiere posiblemente un público comprometido, única explicación de que no se haya estrenado en salas y de que, aunque presente, no haya arrasado en la temporada de premios, pero cuando te dejas atrapar, es toda una experiencia.

La historia de Elwood y de Turner nos conmueve, nos llena de rabia y de dolor. Y sentimos que la humanidad se merece, una vez más, tener que contemplar estas realidades con los ojos muy abiertos por no haberlas evitado. Y un último apunte: ese tópico de "el libro es siempre mejor" en ocasiones no se cumple, personalmente creo que esta es una de esas veces.

Público 

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