Milena Smit. Hovik Keuchkerian. Natalia Tena. Bastien Ughetto. Oscar Jaenada. Antonia San Juan. Zorión Eguileor. Pedro Bachura. Ken Appledom. Amando Balboa. Hoji Fortuna. Ivan Massagué
Vamos a empezar raro, y es que así, en principio, estoy seguro que suena raro que para hablar de la secuela de El Hoyo, cite a Haneke. Pues bien, cuando vi Cache, una película que fue muy importante para mi, percibí un mensaje: no siempre es necesario tener toda la información de una historia, ni siquiera entenderlo todo. No me siento incómodo en esa situación. Incluso puedo avanzar sin intentar hacer mi interpretación.
Digo esto, porque cuando se estrena una película como El Hoyo 2, uno entra en las redes sociales y se encuentra con que el principal objetivo de todos es poner en claro, que es lo que nos quiere contar el director. Y, asumiendo que no es esta una narrativa sencilla, me sorprende que esto no se hubiese suscitado con la primera parte, también con mucho material por explicar.
Pero entremos en materia. La película que nos sorprendió hace unos años, proponía un lugar incomprensible de entrada voluntaria, donde, ordenados en varios niveles, sus habitantes eran sometidos a la necesidad primitiva por la comida, en una estructura de niveles jerárquicos muy parecido a una sociedad de clases.
No recuerdo bien su final. Será la edad pero mi memoria falla a veces. Por eso, partiendo de la misma premisa argumental, no intento dilucidar la relación entre una y otra: si es una secuela, o una precuela, o volvemos a encontrarnos con personajes recurrentes.... Lo importante es que parte de un desarrollo narrativo muy bien planteado y que encaja a la perfección con lo que ya conocemos. Frente a lo incomprensible de la situación, parece que los habitantes han decidido organizarse en un modo solidario que garantice la posible convivencia, además, ha surgido una vertiente mesiánica que ha asumido el control.
A medida que la nueva protagonista avanza entre distintos niveles, se va asomando a una estructura tan trágica como cruel y a la necesidad de buscar una salida.
Esta segunda parte del hoyo, es verdad, transita desde una narrativa más o menos clara a una abstracción algo críptica sobre la que caben múltiples interpretaciones y sobre la que personalmente pienso que ni siquiera para el director existe una lectura única. Pero ese camino es fascinante desde el punto de vista estético, cinematográfico.... es un producto de una factura impecable y siempre sorprendente. Pero además, es salvajemente atrevida llegando a niveles a veces difícilmente soportables.
El Hoyo 2 no es transparente, pero tampoco parece la claridad parte de su naturaleza. Es un producto único, diferente, con su propia esencia, su lenguaje particular. Y sí, parece que habla de muchas cosas que hoy día podrían ser un tema de debate. Pero también puede ser sólo un excelente e inquietante entretenimiento.
Personalmente la he disfrutado mucho, aunque no sé si es adecuado decir que he disfrutado ante tanta crueldad....
Nota final: he colocado el cartel en inglés porque me divierte que en el título internacional se haga referencia al elemento y no a su ausencia como en castellano. Otra cosa que queda sin explicación.
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