CINE: LA COCINA de Alonso Ruizpalacios

 

México 2024

Raúl Briones. Rooney Mara. Oded Fehr. Spenser Granese. James Waterston. Motell Foster. Laura Gómez. Kerry Adra. Diana Elynel. Johm Piper Ferguson. Lee R Sellars. Eduardo Olmos. Shavanna Calder. Soundos Mosbah. Julia Hattigan. Pia Laborde Noguez. Roberto Oropeza.

Más o menos en 1960, Arnold Wesker escribió su obra teatral La Cocina como crítica al capitalismo extremo que deshumanizaba a los trabajadores en jornadas extenuantes con tareas mecánicas. El texto era un prodigio coral posiblemente poco representado por sus exigencias en lo referente a reparto, espacio y movimiento. En nuestro país, Sergio Peris Mencheta consiguió en 2016 levantar un espectáculo magnífico en el Teatro Valle Inclán

Alonso Ruizpalacios es un directos con una carrera fascinante. Me entusiasmó Gueros, Museo era una propuesta que se enfrentaba a la historia de México y a la banalización del pasado de una forma tan divertida como sorprendente, y Una historia de policías conseguía una mezcla perfecta entre el documental y la ficción.

Tengo la sensación de que en La Cocina se enfrenta por primera vez a un texto ajeno, pero lo hace, no con la intención de representarla sino de utilizarla, y eso es algo que queda claro desde el punto de partida: el director sigue condenando el capitalismo como hacían en su día los Jóvenes Airados en Inglaterra, pero poniendo el foco en algo mucho más actual, la inmigración.

La cocina se convierte en un lugar cercano a un purgatorio al que hay que sobrevivir día a día, especialmente a las horas del almuerzo y la cena. La tensión es de tal nivel que el equilibrio necesario parece desestabilizarse continuamente aunque siempre vuelve al punto de partida como esos muñecos de base redondeada. Pero ahora no estamos en el Reino Unido sino en Times Square, Nueva York, la tierra prometida para desclasados procedentes de cualquier parte del planeta. Con este punto de vista, la cocina se convierte en un pequeño microcosmos.

Como decía, Ruizpalacios utiliza el texto y, sin tener el suficiente conocimiento del original, tengo la sensación de que hay mucho cambio. De hecho, frecuentemente se buscan espacios donde sacar a algunos de los personajes y buscar un tono más reposado, también me parece que las pequeñas tramas individuales están más singularizadas y nos dan entrada al restaurante, algo que en la versión teatral se nos escondía. Tampoco recuerdo que el clímax final fuese tan expuesto. Por lo demás, el guion mantiene esos pequeños matices donde ir descubriendo historias a veces apenas esbozadas.

La Cocina película no es, por lo tanto, una versión fiel de la obra. Aprovecha lo que esta ofrece para contarnos otra historia y lo hace bien. Es difícil ofrecer el retrato de la tensión que proponía Wesker y se ofrece como posibilidad de ejercicio de estilo. El director mejicano consigue, en un precioso blanco y negro, un producto visual atractivo y vibrante. Y no le resulta difícil tenernos atrapados.

Quizás le falte la personalidad que tenían sus obras anteriores, me parece que La Cocina es menos suya a pesar de que Ruizpalacios se siente cerca de lo q quiere contar, pero no por ello deja de ser una película valiosa. Lo es en conjunto y lo son las pequeñas historias, esa que, en un mundo cada vez más complejo, nos exigen que tomemos posiciones que no son fáciles pero que, en ningún caso, deberían estar exentas de la comprensión.

Público

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