CINE: CROSSING de Levan Akin

 

Suecia 2024

Mzia Arabuli. Lucas Kankava. Deniz Dumanli. Nino Karchava. Levan Bochorishvili. Bunyamin Deger. Nino Tedoradze. Giga Shavadze

La historia de Crossing es, desde el inicio, muy dickensiana. 

Una profesora jubilada, comienza la búsqueda de su sobrina después de la muerte de su hermana y siguiendo sus deseos. Pronto se le unirá un joven con una inconstancia tan grande como su corazón. Juntos llegarán a la gran ciudad, Estambul, para conocer sus zonas más oscuras. Paralelamente, una mujer, abogado, luchará por defender a los más desfavorecidos, mientras lucha con el rechazo que ella misma produce. El nexo entre los dos segmentos, además de la búsqueda, es una pareja de golfillos callejeros que se buscan la vida en la calle.

Una diferencia con las novelas del autor británico es que aquí, el protagonismo no está tanto en los niños perdidos sino en las mujeres trans, un colectivo denostado por la sociedad turca y que a menudo sobrevive allí dedicándose a la prostitución como única salida. Porque la sobrina de la protagonista es una de ellas, y ese será el lugar donde la busque, y donde tenga que reconocerse a si misma su responsabilidad con lo ocurrido.

Crossing nos muestra un Estambul muy alejado de lo turístico. Sin sordidez, sí opta por un realismo sin concesiones. Sin embargo, es una película que produce, junto con honda tristeza, una inmensa ternura. Este es para mi el principal valor de como cuenta Akin su historia, porque lo hace desde un amor generoso hacia todos sus personajes, una gran empatía que le lleva a mostrarnos su mejor versión sin por ello evitar mostrar sus debilidades. En ellos, muy ricamente dibujados, es donde pone el peso de la narración. Desde ahí, consigue que la historia que nos cuenta pronto se convierta en la nuestra.

La caligrafía está en consonancia con esa belleza íntima. Es serena, elegante, delicada. Todo lo contrario de lo que tantas veces se ha utilizado para narrar historias que involucren a colectivos marginales. La limpieza de este director contribuye a sacarlos de la oscuridad. Otra muestra de su respeto.

El resultado nos recuerda que el mundo es un lugar donde ocurren muchas cosas que nunca conoceremos y que están llenas de dolor y de amor, tan respetable como el nuestro y posiblemente mucho más intenso. Akin tampoco nos hace sentirnos culpable por ello, también a nosotros nos respeta y nos transmite su cariño. Simplemente lo mereceremos si nos comprometemos a no juzgar.

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