UK 2024
Ralph Fiennes. Stanley Tucci. Jonh Lithgow. Sergio Castellito. Isabella Rossellini. Carlos Diehz. Jacek Koman. Lucian Msanati. Thomas Loibl. Merab Ninidze. Loris Loddi.
Antes de comenzar tengo que decir que todavía sigo dándole vueltas a Cónclave.
No tengo del todo claro si es "simplemente" un denso thriller psicológico o la intención del autor es plantear un debate sobre el futuro de la Iglesia y su necesidad de renovación.
Ese final que, creo, nos ha desconcertado a todos en sólo tres minutos, podría hacernos pensar en lo segundo, pero entonces la duda sería si la cinta tiene entidad suficiente para adquirir esa categoría o se trata sólo de una filigrana, una traca final para provocar el desconcierto. Porque en el caso de que se pretendiese llegar al nivel de la polémica, en mi opinión habría faltado que, durante su desarrollo se hubiese ido ofreciendo una mayor información al respecto ( posiblemente dándole mayor peso al protagonista ausente, el recién fallecido Pontífice ), en lugar de dejar que la potencia del thriller lo absorbiese todo y convertir "esto" ( que difícil no hacer spoiler ) en sólo una sorpresa final.
En cualquier caso, intentemos basarnos en lo que tenemos.
Siempre pensamos que es el cine de aventuras el que va a llevarnos a lugares exóticos donde nunca hemos estado. Y de repente descubrimos que los hay mucho más cerca, nunca hemos estado en el interior de un cónclave, un encuentro con una liturgia milenaria, plagada de símbolos y fascinante en fondo y forma.
La película de Berger se concentra en esos días de encierro fundamentalmente, y los muestra como un retrato bastante demoledor de las ambiciones en pugna para imponer visiones diferentes de la doctrina religiosa. El combate es sencillo: el modelo de retorno a los viejos dogmas frente a la ruptura y la adaptación a los nuevos tiempos. Las camarillas e intrigas que podíamos suponer, se desarrollan como si se tratase de una pelea por el poder en la que Dios tiene poco que ver.
El director consigue utilizar los magníficos escenarios para dar densidad a la historia, dotándola de una oscuridad claustrofóbica. Su fijación en los rostros de los personajes y los magníficos actores que los interpretan, consiguen que la verdadera tensión se centre en intentar conocer lo que verdaderamente ocurre en el interior de cada uno. También es un acierto nunca ofrecer la transparencia suficiente, dejando siempre un margen razonable a nuestra opinión.
Desde este punto de vista, y asumiendo que en el género sólo los maestros pueden prescindir de alguna pequeña trampa y Berger aun no lo es, la película resulta apasionante y nos introduce en un lugar donde nunca habíamos estado.
Llega ese final. Y me remito a lo que he escrito al principio. Creo que cada uno debe de elegir. O no. A mi me vale como una historia a la que sigo dándole vueltas. Eso sí, es un ejercicio de muy muy buen cine. A lo mejor eso es suficiente.
Público
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