El otro día recibí en este blog un comentario de un miembro de la Compañía Etcetera ( a la que volveré a ver en breve en La Caja de Juguetes ) a propósito de El Retablo de Maese Pedro y de lo importante de apreciar un teatro infantil de calidad.
Por otro lado, en El Mago de Oz, jugamos con lo que para muchos ( yo incluido ) es un verdadero icono. No sólo considero la legendaria película una obra maestra incuestionables, sino que además me apasiona esta historia que pretende llegar al fondo de la magia .
Y desde ahí diferentes versiones en teatro, en ballet ( recuerdo una fantástica de Amaia Dansa )animación...
Acudí a esta versión musical con el ligero miedo que siempre da que te toquen un clásico.
Y salí satisfecho por muchas razones , y los pequeños no te cuento:
Por un lado la versión está perfectamente pulida, limada de aquello que podía confundir a los más niños pero manteniendo todos los campos de la aventura y creando estupendos momentos de interacción.
Las canciones, junto a las ya conocidas son pegadizas , correctas, divertidas, y la inclusión de géneros actuales en ningún caso chirría.
Pero sobre todo , en el escenario hay siete actores, cantantes ,bailarines, absolutamente entregados, además de buenos, con tipos como el Leon o el Espantapájaros hilarantemente geniales.
Supongo que cuando hablamos, y vuelvo al inicio, de buen teatro infantil, hay dos ingredientes absolutamente necesarios : profesionalidad y respeto a ese público. Y en este caso existe mucho, y mucho cariño, y muchas ganas de divertir, y se consigue.
A pesar de...
... que se note versus ese esfuerzo la carencia de medios. Una pena. Porque esta compañía merecía poder demostrar todo su potencial con holgura.
Una nota final: no sé pero tengo la sensación de que detrás de estas compañías siempre hay un nombre muy comprometdo, Enrique Lanz en Etcetera, Enrique Cabrera en Aracaladanza, y aquí surge un tal Albert Ponte, seguramente un buen hombre de teatro pero, por lo que he encontrado con su nombre en Google, mucho más.
En fin, este es un buen Mago de Oz, muy divertido, vivo, ágil.
No uno más.
Misión cumplida.
Público
Por otro lado, en El Mago de Oz, jugamos con lo que para muchos ( yo incluido ) es un verdadero icono. No sólo considero la legendaria película una obra maestra incuestionables, sino que además me apasiona esta historia que pretende llegar al fondo de la magia .
Y desde ahí diferentes versiones en teatro, en ballet ( recuerdo una fantástica de Amaia Dansa )animación...
Acudí a esta versión musical con el ligero miedo que siempre da que te toquen un clásico.
Y salí satisfecho por muchas razones , y los pequeños no te cuento:
Por un lado la versión está perfectamente pulida, limada de aquello que podía confundir a los más niños pero manteniendo todos los campos de la aventura y creando estupendos momentos de interacción.
Las canciones, junto a las ya conocidas son pegadizas , correctas, divertidas, y la inclusión de géneros actuales en ningún caso chirría.
Pero sobre todo , en el escenario hay siete actores, cantantes ,bailarines, absolutamente entregados, además de buenos, con tipos como el Leon o el Espantapájaros hilarantemente geniales.
Supongo que cuando hablamos, y vuelvo al inicio, de buen teatro infantil, hay dos ingredientes absolutamente necesarios : profesionalidad y respeto a ese público. Y en este caso existe mucho, y mucho cariño, y muchas ganas de divertir, y se consigue.
A pesar de...
... que se note versus ese esfuerzo la carencia de medios. Una pena. Porque esta compañía merecía poder demostrar todo su potencial con holgura.
Una nota final: no sé pero tengo la sensación de que detrás de estas compañías siempre hay un nombre muy comprometdo, Enrique Lanz en Etcetera, Enrique Cabrera en Aracaladanza, y aquí surge un tal Albert Ponte, seguramente un buen hombre de teatro pero, por lo que he encontrado con su nombre en Google, mucho más.
En fin, este es un buen Mago de Oz, muy divertido, vivo, ágil.
No uno más.
Misión cumplida.
Público
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