Lilly Collias. James Legros. Danny McCarthy
Sam, una joven adolescente, se prepara para un fin de semana de senderismo con su padre, actividad que parece realizan juntos frecuentemente. En esta ocasión, se incorpora un amigo de su progenitor recién divorciado cuyo hijo abandona el plan en el último momento. Sam se encontrará sola con los dos adultos, intentando comprender las diferencias entre ambas edades y sexos y la trascendencia de las pequeñas cosas.
Con este material, Donaldson hace dos cosas muy importantes:
En primer lugar, captar de forma transparente la belleza de un entorno cercano pero quizás por ello no suficientemente valorado, una decisión generosa que, de forma más universal, nos invita a mirar a nuestro alrededor. Estoy seguro de que ese paisaje tiene mucho que ver con la propia experiencia de la directora.
Pero, sobre todo, nos invita a observar un trozo de la historia de sus personajes que nos muestra de una manera meticulosa hasta el extremo, haciéndonos parte de la experiencia cinematográfica que nos propone. La película es delicada, verdadera, honesta, pero no será válida si, como espectadores, no nos comprometemos a darle sitio.
Personalmente me parece una propuesta magnífica y no sé muy bien porqué. Probablemente porque puedo entrever muchas pequeñas historias en las palabras, los silencios y los gestos de cada uno de sus personajes. Algunas hablan del miedo, tanto en los mayores como en la más joven, otras de las relaciones paternofiliales, o de la necesidad de asumir ciertas cosas olvidando su dramatismo, o de la ansiedad de la adolescencia en querer entenderlo todo..... Tener la posibilidad de atisbar la vida de otros con esa pureza, nos dice mucho sobre el sentido que esta debería de tener para todos.
Además hay un punto nostálgico ya que Buena Chica recobra la esencia del cine independiente americano en su origen, esos creadores que, al margen de la industria y con presupuestos irrisorios, se lanzaban a contar las historias que les interesaban, consiguiendo que nos interesasen también a nosotros.
Espero que India Donaldson nunca abandone su coherencia. Y que siga contándonos lo que a ella le parece importante. Yo la seguiré. Esta película se ha convertido en un referente íntimo para mi mitología particular.
Público
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