CINE: SIEMPRE ES INVIERNO de David Trueba


España 2025

David Verdaguer. Isabelle Renauld. Amaia Salamanca. Vito Sanz. Jon Arias. Carla Nieto.

He ido a ver la nueva película de David Trueba, un hombre que siempre transmite buen rollo, con unas expectativas equivocadas. Esperaba, no sé porqué, una crónica amable del desencanto. Sin embargo, me he encontrado con algo mucho más importante y ambicioso, irregular en algunos de sus elementos pero con momentos inolvidables y capaz de sorprendernos continuamente con imprevisibles giros. Además, contiene mucho material para hacernos pensar. Por eso, voy a utilizar esta entrada como forma de reflexionar sobre ella en abierto.

Creo que si tuviese que señalar sólo un tema como espina dorsal de la propuesta, sería el paso del tiempo, y no la búsqueda del amor, que podría parecer lo más obvio. La historia se centra en un personaje en la crisis de lo cuarenta. Tanto él como quienes le rodean, se ven golpeados por los años. Algunos de pronto parecen darse cuenta de donde están y lo poco que han conseguido, otros, quienes  han aceptado su herencia, no pueden de todos modos  evitar sentirse dolorosamente afectados por su peso en algún momento. 

Quizás es el reconocimiento de su realidad lo que hace que se caigan nuestras barreras, y que decidamos que la felicidad o su búsqueda, debería de estar exenta de prejuicios, abierta a lo que la vida, muchas veces de forma inesperada, quiera ofrecernos en cada momento. Sobre si eso es libertad o rendición, también habría mucho que pensar.

No he contado nada de la trama. Miguel, un arquitecto paisajista, acudirá con su pareja a un congreso en Bélgica para presentar un proyecto a un concurso; sin embargo, al poco de llegar allí se enterará de que su novia está a punto de abandonarle. A partir de ese momento, tras decidir quedarse solo unos días más en el país, su viaje le ofrecerá algunas experiencias no previstas. Luego, a lo largo de casi un año, seguiremos a su lado hasta que consiga dejar de tener frío, de vivir ese invierno eterno que proporciona la falta del amor. 

David Verdaguer, que todo lo hace bien, se desdobla como, creo, alter ego de Trueba, y es fácil empatizar con él, también hay otras interpretaciones interesantes, sin embargo uno de los pequeños problemas que tengo con la película es la falta de homogeneidad con algunos actores menos sólidos. También me cuesta ese largo epílogo en forma de paso de los meses desde el regreso de Miguel a Madrid, donde algunas de las viñetas son intrascendentes o previsibles: el contraste con la densidad de los días en Bélgica produce cierto desequilibrio.

A cambio, Trueba afronta los temas que le interesan con valentía y sin censuras, no evita la tristeza y tampoco la amargura. Los cuenta, como la escena de sexo, con toda su realismo. Como decía antes, nos sorprende, nos emociona y nos hace pensar. Y sí, Siempre es invierno no es posiblemente una comedia cómoda, es mucho más, un relato ambicioso, imperfecto,  que nos coloca frente a la necesidad de pensar que la tristeza forma parte de la alegría y que, quizás, como dijo creo que Dostoievski, los seres humanos somos felices pero muchas veces lo olvidamos.

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