Director.-
Félix Sabroso. Jau Fornés
Intérpretes.-
Carmen Machi. Candela Peña. Cecilia Roth. Pilar Castro Nathalie Poza. Claudia Roset. Ana Torrent. Claudia Salas. Mima Riera. Alberto San Juan. Pedro Casablanc. Francesc Garrido. Pepçón Nieto. Martxelo Rubio. Iván Pellicer. Marilú Marini. Antonio Pagudo.
Duración:
8 capítulos. 35' C.U.
Netflix
Existe un modelo de comedia española moderna con unas señas de identidad bastante identificables y una paternidad difícil de esconder en el universo Almodovar. Son obras brillantes e histriónicas estéticamente, de colores saturados y emociones alteradas, bordeando siempre el absurdo de lo increíble y el disparate, y generalmente apostando por personajes femeninos en estado de rebelión frente a un género masculino tan egoísta como zafio.
Furia tiene mucho de eso.
Todo comienza con un encuentro de varias mujeres en una sesión de yoga ( o algo similar ) cuyas historias anteriores, iremos conociendo a continuación. Hay de todo: una artista desquiciada engañada por su marido, una antigua actriz de películas de destape, una patética dependienta enamorada de la moda, una mujer en paro y con una madre dependiente, dos jóvenes lesbianas escapando de su pueblo.... Cada una tiene sus razones para estallar y, más o menos, todas lo hacen en algún momento.
Como todas las historias episódicas, algunos son mejores que otros. Aquí existe un divertido juego de cruces de personajes pero también es verdad que, para mi, los capítulos más logrados son los primeros. Si ir de menos a más se llama mejorar, ir de más a menos se llamas empeorar, y puede dejar esa sensación. No sería justo porque estaríamos olvidando una realización muy eficaz, algunas ideas de guion muy efervescentes, una buena definición de personajes y, sobre todo, un magnífico conjunto de intérpretes que lo dan todo en este desmadre, personalmente me quedo con Candela Peña y con Nathalie Poza pero también tiene mucho que ver con los personajes que les ofrecen. Otro acierto es que el modelo de capítulos cortos no da demasiado tiempo para perderlo y el ritmo es constante.
En definitiva, Furia es un disfrutable divertimento con mucho de bueno al que, quizás, le falte algo de contención y control. Supongo que ocurre siempre que trabajamos con la locura.
Público

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