Impedimenta
220 páginas
Disponible en ebook.
He definido en el título de este texto esta obra como novela, no sé muy bien porqué, supongo que porque algún género literario hay que elegir. Sin embargo, lo que, con absoluta generosidad nos ofrece Gospodinov es mucho más, nada menos que su forma de enfrentarse a la muerte de su progenitor, alguien a quien quería y admiraba a partes iguales.
El libro se estructura en dos líneas claras.
Por un lado esta la usencia, el adiós. Como decía Rosa Montero en el título de un libro similar, La absurda idea de no volver a verte. En definitiva, la muerte en su esencia con todo lo que tiene de pérdida, ¿como asumir que quien está hoy no esté mañana? ¿como soportar que el mundo siga siendo igual sin su presencia?. La decadencia, la proximidad, la imposibilidad de la despedida, el desconcierto y la soledad, no por no estar acompañado sino porque el hueco que deja cada ser humano es exclusivo y sólo puede ser llenado por su presencia.
La otra es la de los recuerdos. Aquellos que hacen grande al personaje que se va, ya que el miedo a su desaparición hace que, como si fuese un sortilegio, intentemos retenerlo desde la alabanza. También, por supuesto, es el tiempo de nuestra propia memoria, en los tiempos que compartimos con quien está a punto de abandonarnos. En este sentido y en este caso, esos recuerdos implican también la crónica de un país de Europa del Este bajo un régimen socialista que pretendía destruir la individualidad sin saber que esta reside en el amor, en lo que queremos y lo que nos quieren.
El libro es un ejemplo lúcido de sinceridad y de la labor sanadora de la literatura, escribiendo para no olvidar.
Como alguien que ha perdido hace poco a sus progenitores, no puedo evitar identificarme con el autor y sentir el dolor del adiós, de la no materialización clara de la pena y de incomprensión del mundo que se abre sin ellos.
Escribir en ocasiones es desnudarse, sin miedo, esperando que las palabras se conviertan en una manta que nos abrace.
Público

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