España 2025
Loreto Mauleón. Roger Casamajor. Enric Auquer. Ana Rujas. Teresa Lozano
Comprometerse con la sencillez parece ser la seña de identidad de esta directora. Es algo que puede asumirse cuando se trata de contar las relaciones entre una madre sola y una hija adolescente cuando esta decide independizarse o el reencuentro entre una hija ya adulta y su progenitora cuando esta, tras un accidente menor, necesita su ayuda. Son tramas cotidianas que tienen su naturaleza posiblemente en el retrato sin dramatismos. Más difícil es cuando se trata de una historia de amores y rencores, de dos hermanos y sus parejas en la miseria de los perdedores de la Guerra Civil, un territorio muy fácilmente escorado al melodrama. Por eso, La buena letra me parece una película importante en si misma y en la carrera de su directora.
Ana y Antonio son un matrimonio que sobrevive como puede en la España de la postguerra; él está convencido de que su único hermano ha fallecido, hasta que este regresa para habitar la casa familiar con su esposa, una joven aparentemente sofisticada y alejada de la vida de trabajo y sacrificio de Ana.
Cuando te decides por la sencillez, renuncias a muchas cosas: a los puntos fuertes, al dramatismo con el que guiarás más fácilmente al espectador, a la tensión evidente.... ¿A cambio de que? pues a cambio, Rico Clavellino utiliza la sensibilidad para hacer que todo huela a verdad y que, poco a poco, se vaya construyendo una gran historia, con una dignidad humilde que nos termina atrapando.
Antes he citado la Guerra Civil, pero no pensemos que es una más. Aquí la guerra es una referencia lejana, en la cinta prácticamente no hay exteriores porque todo bascula alrededor de esos cuatro personajes, podría ocurrir en cualquier lugar, en cualquier época. Es un retrato de la intimidad y desde la intimidad, y para ello, basta con una mirada transparente y con los gestos y los silencios de sus cuatro actores, especialmente Loreto Mouleón, quien se convierte en la columna vertebral de este drama que se cuenta a través de sus ojos, que gran intérpretación.
La buena letra es hermosa y triste, y remite a tantas y tantas historias que tienen lugar en el interior sin que lleguemos más que a percibirlas sutilmente. Celia Rico lo comprende y comprende además como tiene que contarla. La lleva totalmente a su territorio. En su honestidad hay un lenguaje particular, una vocación real a alcanzar su personalidad sin venderse.
Espero que esta película, la más ambiciosa de las suyas, tenga el reconocimiento que se merece. A mi me ha llenado.
Público

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