Director.-
Lee Haven Jones
Intérpretes.-
Lucy Boynton. Mark Stanley. Laurie Davidson. Toby Jones. Nigel Havers. Toby Stephens. Rowan Robinson. Joe Amstrong. Audrey Brisson. Arthur Darvill. Juliet Stevenson. Amanda Drew. Edward Sayer. Adam Lawerence. Advait Kottary. Paul Hilton.
Duración.-
4 capítulos 45' C.U.
En 1985 Mike Newell rodó un film magnífico sobre la historia de Ruth Ellis, la última mujer en morir ahorcada en Inglaterra. El guion ponía el foco fundamentalmente en la lucha de clases; Miranda Richardson hacía una excelente interpretación de la protagonista en toda su vulgaridad, e incluso le añadía el apoyo romántico de un amigo, eterno enamorado, al que retrataba, y muy bien, Ian Holm.
A cruel love nos cuenta la misma historia pero desde un enfoque distinto. Aquí, Haven Jones opta por el thriller. Con una potente caligrafía que, si bien no evita el paisaje social, y una excelente dirección artística, se centra en los personajes y su complejidad, con constantes primeros planos. Una cámara esquinada, junto a una banda sonora algo monótona, una fotografía oscura y un ritmo lento, consigue una tensión, más valiosa por cuanto se trata de una historia cuyo desenlace conocemos.
Aquí hay poco lugar al romanticismo y la idealización, quizás esto último sólo se permita en el personaje de Ruth Ellis, aquí menos vulgar que en la cinta de los ochenta y, posiblemente, de lo que fuera en realidad, al contrario, hermosa, muy hermosa El resto, los hombres que la rodean, son un retrato del abuso machista, la violencia y la manipulación, sin que, finalmente, haya uno solo digno de perdón. El verdadero objetivo es conocer cual de ellos le hizo más daño, cual habría sido merecedor de peor castigo.
Posiblemente esta lectura tema algo de coyuntural, de elección política, pero es perfecta, contundente, cruda. Y muy posiblemente muy cierta en todos sus extremos, dibujando una muy interesante crónica de la sociedad de entonces.
Una historia se puede afrontar desde diferentes puntos de vista y ambos ser igual de válidos y apreciables. Este es el caso. Y probablemente esta mujer y su triste odisea habrían merecido nuestro tiempo, para entender su sufrimiento y, aunque tarde, hacerle justicia.
Público

Comentarios