CINE: MARIA de Pablo Larrain

 

Italia 2024

Angelina Jolie. Pierfrancesco Favino. Alba Rohrwacher. Haluk Bilginer. Valeria Golino. Kodi Smit McPhee. Vicent Macaigne. Aggelina Papadopoulou. Alessandro Bessanelo. 

En los últimos años, Larrain parece haberse especializado en películas sobre personajes icónicos del siglo pasado, Jackie Kennedy, Neruda, Diana Spencer y ahora María Callas ( mantengo en esta entrada el título original, sólo María, que me parece mucho más hermoso y acorde con el alma de la cinta ).

Sus propuestas no son biografías sino retratos, ya que encierra a sus personajes en un tiempo muy concreto y generalmente estrecho desde el cual, y a través de sus recuerdos, poder visitar el pasado pero sin la responsabilidad de contar una vida.

Esto en este caso, tiene varias ventajas que pueden suponer también limitaciones. La vida de La Callas fue una vida apasionante en poco más de cincuenta años, casi una diosa cuya trayectoria íntima estuvo al nivel melodramático de las óperas que interpretó. Una mujer que conquisto el mundo con su voz y con su dolor. Aquí apenas unas estampas nos ofrecen un tapiz suficiente pero por supuesto limitado. Por otro lado, el colocarla en la última semana de su existencia, en brazos de la derrota definitiva, permite dulcificar su carácter, dejando al mínimo sus caprichos y desprecios de diva y convirtiéndola en un personaje mucho más cercano para el público.

Esto último tiene especial valor en la propuesta de Larrain, porque si por ejemplo Spencer era un ejercicio de compasión, María es todo un homenaje, un canto de admiración y cariño hacia el personaje y su legado.

Narrativamente, se opta por situar la acción en un plano interior, a través de las alucinaciones de la cantante, con sus recuerdos, una entrevista paseando por las calles de París y visualizaciones musicales de algunas de las óperas que más veces representó. La realidad está en manos de los dos fieles criados que la acompañaron hasta el final, su médico y poco más. El conjunto, artificioso, es un canto a la belleza emocionada, donde lo visual y lo sonoro emplastan a la perfección y donde el director se permite regalos hacia su protagonista como esa última visita a Onassis o esa preciosa aria final cantada para el público que pasea bajo sus balcones.

Hay muchas cosas reseñables en la propuesta, pero esta no sería lo mismo sin Jolie. No es una actriz a la que haya seguido o visto en grandes interpretaciones, y aquí me parece que hace una creación fabulosa, totalmente entregada, plagada de matices y exenta de cualquier grado de imitación. Ella sin duda es María.

No sé si Larrain ha cerrado su exploración y volverá a historias tan duras como en su momento fue El Club o sí seguirá buscando personajes en la realidad reciente. En cualquiera de los dos casos, seguirá siendo uno de los directores interesantes a tener en cuenta, muy alejado ya de lo meramente localista.

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