CINE: EL SILENCIO DE Julie de Leonardo Van Dijl

 

Bélgica 2024

Tessa Van Den Broeck. Ruth Becquart. Koen De Bouw. Claire Bodson. Laurent Caron.

El silencio de Julie nos cuenta una historia lamentablemente muy actual. En una escuela de tenis para adolescentes se produce un terrible acontecimiento que obligará al replanteamiento de los métodos de trabajo y a la expulsión de un entrenador aparentemente carismático. Julie, una de sus pupilas y la jugadora con mayor potencial de la escuela optará por el silencio sobre lo ocurrido como actitud, aunque esto también la obligará a afrontar en soledad sus consecuencias.

Nada nuevo en tiempos del Metoo, y sin embargo, hay varias cosas que convierten esta película en algo diferente.

En primer lugar, el guion. La historia está escrita en un equilibrio perfecto entre la información que nos ofrece y la necesidad de nuestra participación en su desarrollo. Los datos son suficientes para dibujar todo lo ocurrido, el entorno y la posición de cada uno de los personajes, pero, al mismo tiempo, se evita cualquier opción de morbo y además creo que, esa obligación de involucrarnos para captar todos los matices de la narración, hace que la veamos con mayor profundidad.

Van Dijl nos obliga además de esa manera a que cualquier juicio que queramos elaborar, esté exento de matices emocionales. No hay excusas.

En segundo lugar, está la forma de contarlo. Aquí nos encontramos con la misma austeridad. En principio la caligrafía es totalmente formal, pausada, y ofrece en ocasiones la sensación de un documental habitado. Sin embargo, el director no olvida que hablamos de adolescentes, seres cuya fragilidad puede quebrarse fácilmente y dejar muescas el resto de sus vidas; es ahí donde unos pequeños interludios musicales parecen acariciarles, arroparlos y recordarles que no están solos. El silencio de Julie consigue esa belleza que surge de la observación de la verdad cuando alguien alcanza la compleja alquimia de llegar hasta el alma.

En definitiva, lo que podría ser un telefilm activista, se convierte en un producto tan delicado como sincero, un ejemplo de cine comprometido que debería de haber tenido una carrera comercial menos limitada. Una vez más, gracias Filmin.

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