CINE:THE BRUTALIST de Bradly Corbet

 

USA/ UK 2024

Adrien Brody. Felicity Jones. Guy Pearce. Joe Alwyn. Raffey Cassidy. Emma Laird. Stacy Martin. Alessandro Nivola. Jonathan Hyde. Ariane Labed. Isaach de Bankolle. Michael Epp. Peter Polycarpou. 

Por encima de todo, The Brutalist es una apuesta por la recuperación de la gran narrativa, sea esta literaria o cinematográfica. Me recuerda a las largas novelas o esas películas como Gigante que antaño se veían en dos partes. ¿Hace cuanto alguien no se atreve a ofrecer una proyección con intermedio? ¿ cuantos se atreven a superar las tres horas? Bradly Corbet lo hace, un director poco conocido que se embarca en un proyecto que podría haber parecido suicida.

Corbet nos cuenta parte de la historia de Laszlo Toth, un arquitecto judío, nacido en Austria, que, tras sobrevivir al Holocausto, emigra a América con el objetivo de traer posteriormente a su familia. En los años del sueño americano, Laszlo chocará con el capitalismo más feroz al relacionarse con un millonario megalómano y desequilibrado, que querrá no sólo apropiarte de su creatividad si no también de su alma y de su dignidad.

La arquitectura como metáfora del destino conclusivo ( esa referencia final sobre el camino y el destino, en las últimas escenas ), como el arte imponiéndose a la mediocridad miserable del dinero. El análisis del dolor que arraiga y de la ira que se vuelve hacia adentro, la necesidad de vencerlo como sea y la frustración de no conseguir eliminarlo. Las adiciones que conlleva niveles sobrehumanos de supervivencia.

Son muchas las cosas de las que nos habla esta película, y lo hace desde una cruda valentía que agrede y nos produce al mismo tiempo rechazo y compasión.

Su caligrafía es también singular, desde un aparente clasicismo cargado de metáforas ( la primera, esa Estatua de la Libertad  boca abajo que nos anuncia la conversión del sueño en pesadilla ), y poco a poco, se forma una caligrafía compleja que, en lo que se refiere a sus protagonistas, lo hace a golpe de atisbos, imágenes a veces incómodas, que nos dan siempre la sensación de estar espiando retazos de una historia que no nos corresponde. El director la cruza con imágenes que nos hablan de edificios, de espacios vacíos, creando una seca poesía maridada con una banda sonora tan delicada como perfecta.

Como columna vertebral, una interpretación de Adrien Brody entregada y absoluta.

The Brutalist es, sí, un ataque al capitalismo utilizando para ello la emigración. También podemos asumirla como una alegoría prometéica de los hombres que quieren ser dioses, construyendo olimpos como forma de apropiarse del fuego. Y seguramente habrá más lecturas posibles porque tengo la sensación de que en esta película caben muchas cosas.

Es difícil, es dura y oscura, exige atención y apertura. Pero no me cabe la menor duda de que el proyecto, sorprendente como dije en un inicio, ha dado como resultado una película importante, no perfecta pero sí grande. Recomendable para quien este dispuesto a esforzarse, merecerá la pena, os lo aseguro.

Público

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