CINE: PARTHENOPE de Paolo Sorrentino

 

Italia 2024

Celeste Della Porta. Gary Oldman. Daniele Rienzo. Stefania Sandrelli. Dario Alta. Silvio Orlando. Peppe Lanzetta. Isabella Ferrari. Marlon Joubert. Francesca Romana. Alfonso Santagata. Biaggio Izzo. 

Finalmente he visto Parthenope.

Me explico: desde La Gran Belleza, pasando por La Juventud y La mano de Dios, Sorrentino me parece un imprescindible. Me sorprendió la unanimidad crítica que trataba Parthenope como si fuese un anuncio de colonia, se me escapó en cines, la empecé cuando llego a plataformas y, por lo que fuese, no conseguí entrar. La dejé a los diez minutos, algo poco habitual en mi. Y sólo después de recomendaciones insistentes decidí volver. Tengo que decir que me alegro, hay muchas cosas en esta película que me gustan.

La historia, de nuevo como en La Gran Belleza, tiene su centro en eso, en la belleza de una ciudad italiana, antes Roma, ahora Nápoles. Y, en este caso, la personaliza en una mujer, por supuesto hermosísima, a la que acompañamos desde su nacimiento y adolescencia hasta su madurez, desde una belleza egoísta a una belleza generosa.

Parthenope es una diosa, pero una diosa pagana, de esas que adolecen de los mismos vicios que los humanos. Es egoísta y cruel posiblemente sin saberlo, porque su maldad es indiferente. Causa dolor a su alrededor mientras intenta devorar la vida y absorber todo el conocimiento posible para "tener siempre la respuesta correcta", y a medida que va creciendo, ese conocimiento va pasando desde lo sensual y lo físico a lo intelectual, va aprendiendo a ver, como le recomendará su mentor. 

Por el camino, muchos personajes que se verán perturbados o bendecidos por el contacto con la ninfa, también otros que componen ese gran guiñol que es la película. Porque Sorrentino es ya sin duda un hermano pequeño de Fellini, y cada vez va atreviéndose a estar más cerca del maestro, consiguiendo huir del peligro de imitación impostada.

Cuando llegamos a la conclusión, con esa Parthenope jubilada en la que Sorrentino sustituye la belleza de Della Porta por la de un icono, Stefania Sandrelli, nos damos cuenta de que, además, entre otras muchas cosas, la película nos habla del paso del tiempo, inexorable, y en esas dos horas largas hemos pasado del verano de la juventud irresponsable al otoño de la sabiduría serena y adulta. Y entendemos porque durante toda la cinta habíamos tenido esa extraña sensación de nostalgia. Un recordatorio de lo efímero de esa belleza y del efecto que produce en los otros cuando sólo es algo físico.

Creo que Parthenope es más arriesgada que las obras maestras de su director que antes he citado, también más imperfecta, más ensimismada en si misma, pero va de menos a más, con momentos maravillosos, escenas inolvidables y, lo más importante, transpira amor por todos sus poros, a la belleza, a unas ciudad, al cine y, porque no, a su público.

Público 

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