Alianza Editorial
1000 páginas
Disponible en ebook.
Muchas veces he hablado de mis lecturas pendientes, un número infinito de libros que no he leído en su momento, que me esperan en las estanterías y que echo de menos sin realmente haberlos conocido.
De vez en cuando voy tapando huecos y, en la mayoría de los casos, sorprendiéndome de no haber llegado hasta ahora y comprendiendo porque son obras que han superado las tormentas del tiempo.
Y en esa lista, Los hermanos Karamazov estaría al nivel más alto.
Que puedo decir de una obra de la que prácticamente ya se ha dicho todo. Posiblemente nada nuevo. Más allá de cuales han sido mis sensaciones durante la larga lectura de sus mil páginas.
Hay una fascinante historia, un thriller familiar sobre un parricidio y sus implicaciones y efecto en toda la comunidad. Hay un crimen, un misterio, una historia de amor, varias historias de amor, otra de fe y de dudas sobre la existencia de Dios y la sinceridad de sus representantes en la tierra; hay también una historia de niños tristes porque los adultos que los rodean, y que no saben ocuparse de ellos, lo son. Y hay también un juicio meticuloso con el objetivo de dilucidar entre maldad e inocencia.
Todo ello, llevará a muchas reflexiones y, posiblemente también a la imposibilidad de la mente y el alma humana para de verdad llegar a conclusiones válidas de las dudas que le atormentan.
Pero sobre todo, yo disfruto de un catálogo de personajes turbios y complejos, de retratos del interior llegando a lo más oscuro que un ser humano puede tener, sus deseos más inconfesables, sus miedos más íntimos, sus comportamientos menos predecibles. Principalmente los tres hermanos pero también las dos mujeres envueltas en su historia, los compañeros del monasterio del pequeño, los niños del pueblo, y, sobre todo, Smerdiakov, la materialización del mal nacido del rencor.
También me atrapa la crónica de unos años crueles en una sociedad salvajemente clasista y caduca al borde de una revolución, de su decadencia y su nivel de aceptada barbarie escondida entre la apariencia de lujo y tradición. Del odio que eso crea y que, como un tumor, se extiende entre todos aquellos que a diario sufren una miseria que se ve acrecentada por el disfrute de los otyros.
Hay en definitiva tantas cosas dentro de los Karamazov, tantos descubrimientos en forma de pequeñas historias, de introspección en el ser humano consiguiendo radiografiar las almas, de descripciones prolijas y de humor sorprendente por inesperado. Y hay, en esencia, una narrativa sólida, una forma de contar que nos atrapa, la esencia, en definitiva, de eso que llamamos novela, en toda su posible grandeza.
Público

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