Ingrid García Jonsson. Ramón Barea, Kepa Errasti. Oscar Pastor. David Pareja. Iñigo de la Iglesia. Iñaki Irastorza. Asier Tartás. Pablo Sassanelli. Xabi Tolosa. Julian Génisson.
Sería interesante abrir un debate de hasta donde un director/ guionista puede dejar al espectador en penumbra, si puede exigirle que construya su propia historia y que caudal de información esta hasta cierto punto obligado a ofrecerle.
Obviamente no hay normas canónicas, el creador arriesga y el público decide, generalmente en función de su umbral de comodidad. El mío en concreto es muy alto, puedo navegar perfectamente en la incomprensión siempre que me compensen otras cosas. Y en el caso de Una Ballena hay que decir que Hernando no es generoso.
Aun así, sí es un creador singular y coherente con su propio mundo y su forma de contar. Supongo que por eso en este caso me atrapa.
A Ingrid, la protagonista, la conocemos de inmediato, es una asesina a sueldo, tan perfecta como afásica. Con su mirada, García Jonsson consigue trasladarnos su inseguridad y su miedo. Y Hernando, con una caligrafía precisa y unos diálogos limitados a lo imprescindible, nos narra un entramado enlazado con las tradiciones de la mejor novela negra pero que aquí parecen diferentes. Todo está estilizado en esta historia hasta movernos casi en la abstracción, por eso es tan importante la solidez con la que los actores principales hacen físicos sus personajes. Sólo ellos sostienen los mimbres de una trama de la que poco vamos a conocer.
Con respecto a lo fantástico, Una Ballena nos habla de unos monstruos y nos remite a las profundidades marinas, aquellas aventuras en lo ignoto donde todo era posible y donde la oscuridad ( visualmente excesiva en la cinta, tengo que decir ) habla de aquello que quizás nunca llegaremos a poder más que presentir. Posiblemente lo que más me atrae es esa referencia a cuento marino, Melville se llama el antagonista, todo sucede alrededor del puerto, cuando mira hacia el cielo lo que ve Ingrid es la superficie del mar, su padre era ballenero.....
Quizás me hubiese gustado saber algo más, tal vez me hubiese sentido más cómodo. Pero tal y como está, me recuerda a Poe, a Machen y, en definitiva, a esos autores que sabían colocarnos en un lugar donde todo era posible.
Una Ballena es singular, casi única. Habrá quienes no consigan entrar. A mi no me cuesta y me congratulo de hacerlo.
Público
Comentarios