UK 2024
Marianne Jeran Baptiste. Michele Austin. David Webber. Tuwaine Barrett. Sophia Brown. Ani Nelson. Samantha Spiro. Bryony Miller.
No es fácil, pero voy a intentar explicar porque esta película, la en apariencia menos sutil de su autor, la más directa en su agresividad, la menos empática y la más críptica en su intención, me produce una extraña atracción.
Generalmente tengo esa sensación cuando creo haber entendido un mensaje y, desde ese punto de vista, descubro una relación con el creador. Siempre por supuesto, sin la certeza de lo correcto, sino en la duda de no poder contratar.
Vamos a contarlo, para ver si no soy el único.
Mi única familia ( absolutamente horroroso título castellano ), orbita alrededor del personaje de Pansy, una mujer que se mueve entre la autocompasión y la furia, henchida de amargura y capaz de agredir verbalmente a cualquiera que se le acerque, es un ser humano insoportable, probablemente enfermo y totalmente tóxico para su propia familia. No, posiblemente la vida no le vaya extremadamente bien, pero tampoco mucho peor que a su hermana y sus sobrinas que sin embargo afrontan los contratiempos con entereza y no se olvidan de la alegría.
Mi opinión es que el mensaje de Leight tiene mucho de concepto, casi de abstracto. Hay signos, como esa música casi átona y alejada de cualquier sentimentalismo, que me hacen pensar que el director encapsula un retrato, con la exageración necesaria en sus rasgos para hacerlo evidente, de una parte de la sociedad en un solo personaje.
Y esa parte de la sociedad está furiosa, posiblemente porque se siente engañada, y al no llegar a donde soñaba, mira hacia atrás para encontrar en el pasado razones que justifiquen su derrota y su amargura. Se matiza que nos hayamos en tiempos postconfinamiento, quizás la pandemia actuó como detonante, soltó las amarras que nos mantenían protegidos en el puerto y nos lanzó a un miedo sin precedentes, donde para algunos, la furia y la ira son las únicas tablas de salvación.
Pero lo que convierte Hard Truths ( me niego a repetir el otro título, lo siento ), en un ejercicio no siempre comprensible, es el hecho de que Leight decida reducir la narrativa a la observación de la protagonista y, sobre todo, no aporte a su lado ningún atisbo de redención. Hay mucho desconcierto en el comportamiento de este matrimonio y su hijo en las escenas finales.
¿Dónde está la lección? ¿ se ha vuelto el director de Secretos y Mentiras más pesimista que nunca? ¿ ha dejado de esperar la salvación para sus personajes?. O quizás simplemente sea una llamada de atención, un recordatorio: de vosotros depende salir de la oscuridad y asomarse a la luz.
No lo sé. Quizás todo sea una elucubración por mi parte. Al margen de todo esto, la película tiene ritmo, está muy bien dirigida e interpretada, no en vano su director es ya un clásico. Pero además, no lo puedo evitar, tengo la sensación de que a mi me ha dicho algo y he sido capaz de escuchar. Y creo que esta vez su mensaje es más humano que nunca, frente a planteamientos más ideológicos en otras ocasiones. Estamos en una encrucijada, sin ser conscientes de que nosotros decidimos. Como dijo Dostoievski, el hombre es feliz, su tragedia es que muchas veces no lo sabe.
Público
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