Portugal 2024
Goncalo Waddington. Cristina Alfaiate. Lang Khe Tran. Manuela Couto. Teresa Madruga. Claudio da Silva. Joao Pedro Vaz. Diogo Doria. Joana Barcia. Jorge Andrade. Americo Silva. Joao Pedro Benard da Costa
Voy a intentar comentar esta fascinante película sin resultar pedante. Pero es tanto lo que intelectualmente ofrece, tan amplia y libre su propuesta audiovisual.... (Tengo la sensación de que ya he empezado mal).
Comencemos con la historia que cuenta.
Todo empieza en Birmania alrededor de 1920. Un joven que trabaja en Mandalay, víctima de un ataque de melancolía, huye de la ciudad cuando recibe el anuncio de la llegada de su novia, a la que no ve desde seis años atrás. Así emprende un viaje impredecible por Asia en el que vivirá diferentes aventuras.
Efectivamente su novia llega y, mortalmente enferma, emprenderá una persecución obstinada e incomprensible a pesar de ser consciente de que la desaparición de su pareja es una huida.
El argumento valdría sin duda para cualquier novela romántica decimonónica. Además, la cinta está narrada constantemente por una voz en off, aunque quizás aquí especien las disonancias porque no es una, sino varias las voces en off, ninguna de ellas identificable por ningún personaje.
Pues bien, Miguel Gomes nos cuenta todo esto como nunca nos lo han contado. Utiliza materiales de siempre para montar algo que no hemos visto nunca.
Ya comienza con unas imágenes en color que no encajan en absoluto con lo que escuchamos. Pronto mutamos a un blanco y negro más coherente y al entorno correcto, pero esto será circunstancial. La discordancia entre voz e imagen se mantendrá en muchos momentos, ya que la mayoría de descripciones de las ciudades por las que transitan los protagonistas, se hace con material actual. Y así, conviven diferentes elementos que van desde paisajes fastuosos a cuentos protagonizados por preciosas marionetas.
Creo que no se puede apreciar Grand Tour si no es en su conjunto. Tampoco puede pretender comprender cada pieza, cada giro de caligrafía. Personalmente la veo como una experiencia que nos lleva a retomar las características que el viaje ha perdido camino a la facilidad del turismo masivo: la sorpresa, la imprevisibilidad, el descubrimiento.... y la experiencia de tránsito interior paralela a los kilómetros recorridos. Tiene textura, tono, sentimiento. Me recuerda a otros viajeros perdidos como los de El cielo protector o la trilogía de Olivia Manning, seres que en verdad no buscan nada concreto porque lo cierto es que no cuentan con ningún lugar al que volver.
No es fácil entrar, pero es maravilloso quedarse en esta película. Y sí, el último plano nos recuerda que es ( odio la expresión ) un artefacto narrativo. Ya lo he dicho.
Público

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