Henry Golding. Beatrice Grannó. Aura Garrido. Nathalie Poza. Rubén Ochandiano. Rocío Saiz. Pilar Bergés. Frank Feys. Cindy Claes
Hay algunos directores españoles que me sorprende que no tengan una mejor posición. Lo comentaba hablando de Enrique Urbizu que, en los últimos años, ya ha conseguido su merecida posición. Nacho Vigalondo es otro de ellos. Construye un cine singular con historias donde lo incomprensible se inserta en el entorno cotidiano generando rompecabezas donde la lucidez y el absurdo maridan a la perfección. En cualquier caso, hace un tipo de cine que no es habitual en nuestro país.
Recuerdo la sorpresa que me produjo Los Cronocrímenes, también lo que me divirtió Extraterrestre, la película de ciencia ficción más barata de la historia, Colossal me pareció tan singular como divertida. Es verdad que el director exige una complicidad absoluta por parte del espectador, pero a mi no me cuesta.
Daniela forever tiene las mismas premisas. Chico y chica se conocen y se enamoran, sobre todo él. Ocurre la tragedia, él se desmorona pero alguien le ofrece la posibilidad de utilizar una terapia pionera en el control de los sueños. El problema es que sus objetivos son diferentes a los de los doctores que lo han admitido en el experimento.
Lo que nos cuenta en este caso Vigalondo es una historia de amor, llevando el romanticismo a un nivel casi decimonónico. De entrega, de desesperación, de locura y de milagro. Y desde ahí, todos estamos dispuestos a admitir un relato orféico de viaje a los infiernos. La historia se desarrolla incorporando continuamente hallazgos muy inteligentes y comprensibles, hasta que, para hacerla avanzar tenga que caminar por propuestas más complejas.
Plásticamente, la caligrafía es magnífica, en una defensa transparente de los sueños. Y, en general, es muy sencillo estar dentro de esta historia.
Es una de esas veces en que me sorprende la mala recepción de esta cinta. Quizás, sí, le falten ciertos puntos de tensión en el desarrollo de la trama. Pero aun así es una historia divertida, emocionante y muy bien contada.
Espero que Vigalondo tenga su momento y, a partir de ahí, la gente lo conozca como merece., Mientras tanto, en mi tiene un fiel.
Público
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