TEATRO: VENDRÄN LOS ALIENÏGENAS Y TENDRÄN TUS OJOS de María Velasco

 

Directora.-

María Velasco

Intérpretes.-

Maricel Álvarez. Carlos Beluga

Hablemos de amor.

Pero hablemos de amor desde lo íntimo, desde lo descarnado, desde esa verdad que sólo te confiesas a ti mismo, sin importarte ser cursi, o débil, o frágil. Como le ocurría a la protagonista de La voz humana, así le ha sucedido a la mujer que se confiesa ante nosotros en esta pieza con título a lo Pavese, Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos.

Lo hace con un texto precioso. Una especie de poema donde se enhebran el humor y la belleza de una forma torrencial y donde desde la inteligencia y la sinceridad se producen reflexiones que contienen la lucidez de la borrachera.

Hay referencias muy cercanas, es un texto joven películas que hemos visto, la zona de Tarkovski, quizás como señalamiento de un no lugar que muta con nuestros miedo….No hay trama propiamente dicho, pero compone un díptico con el dolor de la ruptura y la efervescencia del encuentro.

El amor es un ovni, nos dicen. Y así partimos de la certeza de que es tan difícil explicarlo como atraparlo, y muy fácil rendirse ante él y dejarse arrasar. Un avistamiento, un milagro, un fenómeno inexplicable. Dolor y felicidad a niveles extremos.

Y este texto visceral, lo pone en pie su propia creadora, María Velasco, y lo hace con una representación que está a su altura. Brillante, rompedora, febril, multidisciplinar.

Hay baile, hay canciones, magníficas versiones de David Bowie, Massiel…hay luces que convierten el escenario en una nave espacial. Hay imágenes proyectadas. Lentejuelas. Y una figura: ese hombre receptor del amor, provocador del mismo, futuro incierto en definitiva.

Vendrán los alienígenas y tendrán tus ojos es una maravillosa sorpresa, una experiencia maravillosa, una carcajada teñida de dolor y una caricia a los oídos.

No es perfecta, ¿para que? Siendo extremo diría que hay un punto, un encuentro didáctico que me sobraría pero que tampoco me molesta y posiblemente tenga su función en el cierre. Lo que nos propone en definitiva su autora y directora, y así hay que tomarlo, es una gozosa fiesta teatral para celebrar…. ¿el dolor? ¿ la alegría? ….. en definitiva, la vida.

Y en mi caso, me enamora para siempre.  

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