Amazon kindle
70 páginas
Mi historia con Stephen King ya la conté alguna vez y no voy
a repetirla, sólo decir que, sin ser un fan, me ha sorprendido cuando lo he
leído y que creo que literariamente está a años luz de la mayoría de escritores
de consumo rápido. Veo su adscripción al género en dos capas: una que es
meramente epidérmica y que es capaz de crear miedo de forma inmediata, original
y eficaz en sus lectores, y otra que se comporta como crónica del modelo de
vida americano para trasladarnos su fragilidad frente a influencias externas.
En este caso, lo que nos ofrece es un relato más corto,
apenas 70 páginas, y que por lo tanto va directo al contenido, pero sin perder
por ello sus rasgos comunes.
Ya en el comienzo es claro. Todo comienza como una aventura
infantil que podía perfectamente remitir, salvando las distancias, a clásicos
de diferentes épocas, desde Tom Sawyer a los Goonies. El escenario también es
conocido, una antigua estación en un área de descanso a la orilla de la
autopista, utilizada por adolescentes como espacio para sus primeras correrías.
A partir de ahí, se van sucediendo episodios que, al margen
del terror, son un catálogo de figuras de la sociedad americana: el agente de
seguros gris, la mujer lesbiana, la familia feliz… y todos ellos “devorados” (
quien lo lea entenderá las comillas ) por esa intromisión externa en forma nada
menos que de automóvil ( un elemento icónico en EEUU ) y con referencias nada menos que extraterrestres, otro aspecto que
casa perfectamente con el imaginario de esa cultura.
Área 81 es como un relato perfecto, de acción sin
explicaciones y con una estética de cómic, porque King consigue una prosa
plástica. Y, sobre todo, es una muestra excelente de un género literario que ha
dado obras como Drácula, Frankestein o, más recientemente, los cuentos de
Mariana Enríquez. Está claro que en eso, Stephen King es un maestro.
Público

Comentarios