Mireia Oriol. Urko Olazabal. Lucía Vega. Pablo Rivero. Carlos Serrano. Mercedes del Castillo. Mabel del Pozo. Pepo Suevos. Luis Moreno. Javier Gallego.
En la carrera de Iciar Bollain como directora creo que prima la eficacia. Junto con historias bien contadas y vinculadas a mensajes muy transparentes, también nos ha ofrecido la dramatización de sucesos recientes en la historia de nuestro país.
En este caso, se enfrenta a uno de los primeros casos de acoso identificados públicamente en en nuestro país, y el primero en el ámbito político. El hecho de que todo ocurriese en una ciudad de provincias, aumentaba el impacto local.
Soy Nevenka sin duda, parece especialmente adecuada para el tiempo en el que nos movemos, no sólo por los últimos escándalos alrededor de políticos que se posicionaban como adalides del feminismo sino también como recordatorio de otros tiempos.
Porque Bollain nos lleva de vuelta a los tiempos en que el machismo era una forma de vida y en que la política local estaba muy cerca del caciquismo. Inicios de una democracia que no había sabido avanzar en el ámbito político al ritmo de lo que había avanzado la sociedad. El dibujo es algo superficial pero importante.
Lo que se refiere al caso concreto. La narrativa es correcta, cumple con su función de crónica aunque se detiene en un momento en que todavía queda mucho por ver. Es una elección que limita la historia.
En cualquier caso, no sorprende pero cumple. Quizás esperábamos más de una directora comprometida habitualmente. Pero no podemos ponerle pegas y, además, podemos disfrutar de de la magnífica interpretación de Urko Olazabal.
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