Hungría 2023
Adonyi Walsh Gaspar. Istvan Znamenak. Andras Rusznak. Rebeka Hathazi. Krisztina Urbanovits. Eliza Sodró. Lilla Kizlinger. Daniel Kiraly
No me resulta sencillo entender la situación política de los países de Europa del Este, su vaivén pendular entre la nostalgia del comunismo y su búsqueda de soluciones radicales en el otro extremo. Me transmite cierta sensación de desencanto y ansiedad. Creo que además, se han confundido las barreras ideológicas cada vez más flexibles.
El cine nos lo ha contado con dramas, también con comedias desde las que son capaces de reírse de sus propias contradicciones, y casi siempre desde la implicación que la política adquiere en lo cotidiano.
Esto último forma parte de El caso de Abel Trem. La película se centra en un muchacho que debe de enfrentarse al examen de selectividad para ganarse el derecho de continuar sus estudios superiores en una universidad. Ante la necesidad de justificar ante sus padres los resultados, derivará la historia hacia un conflicto falsamente politizado.
La cinta está muy bien escrita, involucrando retazos de personajes secundarios que nos ofrecerán un mosaico social muy interesante, pero sobre todo está muy bien contada, con agilidad, mezclando tiempos, un uso perfecto de las limitadas acotaciones musicales, trasladando en conjunto una gran frescura, limpia, transparente.
Y este tono, es para mi el reflejo de las intenciones de su director. Porque frente al conflicto sobre el patriotismo exacerbado que puede representar un símbolo, o la necesidad de generar un significado político ante cualquier situación, Abel Trem es sólo un adolescente enamorado, un joven con el alma atrapada, desconcertado por los inesperados resultados de su acción pero, al mismo tiempo, con un mundo por delante que no se detendrá por las contradicciones de los adultos.
Eso es lo que hace diferente esta propuesta frente a otras narraciones similares, su apuesta por el futuro, por la luz y por la esperanza. Porque no, las nuevas generaciones no están dispuestos a asumir esa herencia. Que no lo hagan. Que vivan. Que se enfrenten con sus risas a la inmensidad del mar. Seguro que el mundo que nos regalarán será más limpio, más pacífico y, en definitiva, más feliz.
Público
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