Editorial Destino
240 páginas
La verdad es que a Nada, la mítica novela de Laforet, llegué tarde, de hecho la leí hace apenas uno o dos años. Me sorprendió su capacidad de profundizar para desvelar la miseria íntima de sus personajes y su atrevimiento al contarlo de forma transparente. Pero también tuve la sensación de cierta acumulación que casi no dejaba pasar la luz.
La Llamada se compone de cuatro relatos en los que, tengo que decir, me siento más cómodo. El paisaje moral es posiblemente el mismo, pero la crueldad que encontré en la novela está aquí más matizada.
Hay varias cosas que me gustan mucho aquí. En primer lugar, la precisión psicológica para dibujar el mapa interior de sus personajes, con la riqueza de la duda, el miedo o el deseo. También el lenguaje, capaz de una belleza transparente y equilibrada que en ningún caso interfiere en la narración.
Los relatos que nos propone Laforet, tienen una textura de cuento de hadas, desde la respuesta divina a el cuento de hadas, pasando por el precioso engaño, pero es verdad que la atmósfera es la de un país que intenta salir de la pobreza en la que lo ha sumido una guerra, asumiendo que el futuro nunca será brillante. Por eso todos los finales, incluso los que parecen felices, guardan un poso de desesperanza. Sabemos que el futuro de sus protagonistas no será feliz, en su cuento no comerán perdices.
En resumen, me ha gustado mucho este cuarteto donde además creo que hay mucho equilibrio entre sus componentes. Hay crónica dura pero comprensiva, hay capacidad de observación y, sobre todo, hay una pluma delicada y capaz de contárnoslo desde la triste belleza.
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