María Rodríguez Soto. Enric Auquer. Anna Alarcón. Ruth Llopis. Amparo Fernández. Anna Bertrán. Mireia Aixalá. María Ribera. Ann Perelló.
Me recuerda a los años de eclosión del cine independiente americano, estas películas españolas, muchas de ellas catalanas, que cuentan vidas comunes, en tramas cotidianas, cuyo valores más relevantes están en la identificación y la sinceridad.
Es importante señalar que la decisión en cuanto a contenido, es consciente y no viene ya determinada por lo reducido de los presupuestos. Por ello no son ya películas de una factura aparentemente pobre ni mucho menos.
Mamífera se encuadra a la perfección en ese modelo. Los protagonistas son una pareja de unos cuarenta años, con una vida muy feliz y compromisos muy transparentes y algo ingenuos. Han decidido no tener hijos a pesar de, o precisamente por, ver como a su alrededor, sus amigos ven como sus vidas cambian de etapa.
La sorpresa llega cuando ella se queda embarazada y, antes de abortar, tiene que esperar tres días que se convierten en días de reflexión. En esas 72 horas, que es lo que Liliana Torres nos cuenta, ambos deberán de enfrentarse a sus dudas y a la conclusión de que posiblemente nunca existirán decisiones perfectas.
Al margen de las diferencias ideológicas, no es difícil avanzar en la identificación con los protagonistas. A fin de cuentas, los sentimientos son algo universal, sean cuales sean sus conclusiones, y el guion los muestra de una forma transparente, con capacidad para materializar la incertidumbre, el miedo, la necesidad de aceptar las consecuencias....
En lo que se refiere a la sinceridad, el trabajo de la directora es perfecto, meticuloso, sin romper la sensación de verdad ni siquiera con esos sueños tan plásticos y tan simbólicos. Aunque creo que el factor más relevante en cuanto a esto se refiere, es el nivel interpretativo general y, en especial, el de la pareja protagonista ¿ podemos decir ya que Enric Auquer es uno de los mejores actores del país?.
Mamífera se ve sin trabas, con serenidad, incluso aunque no se esté de acuerdo. Evita cualquier tipo de agresividad y descansa en el amor como un sentimiento amplio que engloba a familia, amigos, y por supuesto pareja. Y habla de decidir, como una forma necesaria de seguir adelante, un impulso siempre necesario para el siguiente paso. En fin, habla de la vida, y lo hace muy bien.
Público
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