Nicholas Hoult. Toni Collette. Zoey Deutch. Gabriel Basso. Francesca Eastwood. Kiefer Sutherland. Leslie Bidd. Chris Messina. JK Simmons. Cedric Yasbrough. Amy Aquino. Chikako Fujuyama. Drew Scheid. Onix Serrano
Clint Eastwood es uno de los directores que en los últimos años nos ha regalado un mayor número de grandes películas. También él, como cualquiera, tiene todo el derecho del mundo a hacer obras menores, aunque no por ello se resista a trabajar grandes temas, en este caso, nada menos que el sistema de justicio americano.
La historia remite aquí a un género clásico y con muchos adeptos, las cintas que entran en los juzgados para narrarnos el proceso por el cual un ser humano va a ser declarado culpable o inocente. Una de las variables en este caso es que nosotros no tardamos en conocer la verdad.
A partir de ahí, con resonancias de algún clásico ( especialmente 12 hombres sin piedad ), lo que verdaderamente se desarrolla es un dilema moral para los principales personajes, aunque haya pequeñas trampas en el camino que pretendan crear la tensión de un thriller.
La película está bien rodada, tiene hallazgos narrativos muy interesantes y se sigue con agilidad. Mi problema es el guion, y especialmente la premisa de partida que no está lo suficientemente sustentada como para que no pensemos que se trata de una casualidad específica. Esto exige una concesión por parte del público que, en mi opinión, rebaja puntos al conjunto.
Pero no por ello dejamos de disfrutarla. El resultado es una pequeña fabula sobre la necesidad, si queremos que la justicia sea algo cierto, de incorporarla de forma absoluta a nuestros comportamientos, de ser exigentes, de vivir con ella sin fisuras. Y ese final ( no hay spoiler ) se convertirá, bajo esa premisa, en una conclusión positiva. Eastwood sigue teniendo fe en América.
Público
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