Biblioteca El Mundo ( y diferentes editoriales )
Disponible en ebook
260 páginas
No suelo ser lector de prólogos, igual que soy un mal lector de artículos, sin embargo, ha sido una suerte en este caso, hojear el de Lourdes Ortiz que presenta esta edición de la novela de Elena Quiroga. En ella, la autora de Urraca reconoce que tiene una deuda con muchos autores españoles ya que en su juventud, la cultura prefería mirar al exterior. Me siento totalmente identificado.
Gracias a Dios los errores pueden enmendarse y, en ocasiones como esta tienen premio.
Esta es la tercera novela que leo de Quiroga en poco tiempo y la tercera que comento aquí. No quiero repetir por lo tanto mi admiración por la riqueza de su prosa, lenguaje y estructura, su uso selvático de las palabras con un léxico enciclopédico, y su trabajo de elipsis que hace que sus narraciones avancen como llevadas por la marea. Es una gozada perderme en su escritura.
Pero además en este caso, hay muchas cosas más.
Viento del Norte es una novela ambiciosa porque es una novela que relata una sociedad. Cercana a Los Pazos de Ulloa de Pardo Bazán, aquí no hay violencia expresa pero si murallas ante una clasificación por nacimiento que es imposible romper. Hay odio oculto, hay rabia y hay decadencia ante la necesidad de resistir. Para hablar de todo esto, la autora se toma su tiempo en una forma de contar reposada y lenta, densa y meticulosa. Y con un claro hilo central, extiende la narración a las vías secundarias con el mismo rigor, asegurándose de que todos los personajes que pueblan sus páginas tengan entidad suficiente para estar ahí.
Pero el verdadero motos de la historia y de las historias es silencio. Lo que mueve el desarrollo de la trama, son los sentimientos, los miedos, el amor también, la fragilidad, la incomunicación... y la autora consigue algo tan difícil como que la acción y la intimidad mariden a la perfección.
La historia de amor de Álvaro y Marcela que, aunque no lo parezca, eso es, tiene todo el dolor de las barreras, sin intentar en ningún momento eludir la realidad, su tragedia está totalmente alejada de cualquier asomo de folletín aunque tendría los elementos para serlo.
Porque Viento del Norte es coherente, por eso difícil, honesta también, y apasionante si nos gusta la buena literatura.
Ya lo he dicho otras veces: cuando descubro obras así, no puedo dejar de pensar, con ansiosa ilusión, todo lo que me queda por descubrir. ¿ Como hay gente que puede vivir sin libros?
Público
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