Galaxia Gutenberg
220 páginas
Yalos es un pequeño pueblo al sur del Peloponeso, un microcosmos esencialmente griego, un conjunto replicable en cualquier otra aldea del país, con sus costumbres y sus personajes típicos.
Allí llegan los alemanes, fuerzas de ocupación durante la Segunda Guerra Mundial y se convierten en amos del lugar mientras los lugareños intentan seguir adelante con sus vidas. Pero no es posible, y junto a la semilla del fascismo, nacerá también la resistencia.
Lo que convierte en singular esta novela, esta crónica histórica de la infancia del autor, es como está contada.
Por un lado, no es una obra bélica. La invasión comienza como un ruido lejano que, si bien va adquiriendo presencia a medida que el libro avanza, nunca llega a tener entidad de protagonista.
El verdadero relato está en el grupo humano, en los numerosos personajes de la localidad, entre el tipismo y la picaresca, con sus vidas pobladas de anécdotas y contadas por un narrador omnipresente que incluirá información de futuro y de pasado, y que utilizará estos comportamientos para trasladar la esencia universal del pueblo griego.
Con una prosa minuciosa, llena de humor y de la poesía de las historias narradas a la luz de la lumbre, Kallifatides nos regala una novela coral llena de sinceridad y de ternura, pero también de dolor, de momentos terribles que contrastan con el espíritu de convivencia que transmite la mayor parte del tiempo, porque sí, aunque los alemanes supongan un rumor lejano, están ahí, y ahí está la guerra. Con su odio, su traición, sus víctimas, su anhelo de libertad, su necesidad de futuro.
Es un libro que se disfruta y en el que se entra muy pronto. Tiene la magia de la verdad contada con una mirada limpia y un corazón lleno. Y sí, para mi Yalos es ya, más que un lugar geográfico, otro territorio que, como Macondo o Comala, nace de las palabras para ser único.
Público
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