España 2023
Víctor Clavijo. Ruth Diaz. Manuel Morón. Pedro Casablanc. Luis Callejo. José Luis Rasero. Antonio Estrada. Nico Montoya.
Algún día, alguien recordará una película con ínfimo estreno en nuestro país, que se titulaba 3 Días, y la colocará en el lugar donde se merece: una de las obras maestras que ha dado nuestro . Una historia sobre el Apocalipsis, anclada en un pueblo de La Laguna con una textura realista de corte social y formato de thriller.
Y cuando esto ocurra, claro, nos preguntaremos porqué su director no ha dirigido mucho más.
Ahora, tiempo después, nos llega La Espera, una propuesta con muchos puntos en común con su antecesora.
El protagonista, Eladio, acepta un empleo como encargado de una finca de caza propiedad de un terrateniente. Su trabajo, mantenerla en orden y organizar los puestos en las monterías. Aceptar un soborno para facilitar la presencia de más cazadores de lo permitido, será el principio de un descenso a los infiernos en el que le acompañarán su único hijo y su mujer.
Se mantiene el entorno rural y la visión hiperrealista de 3 Días, y, sobre todo, se mantiene su capacidad para navegar por varios géneros sorprendiendo al espectador. Tiene gracia esto último, porque en la primera parte de la película, me causaba cierta extrañeza como su director nos guiaba por lo que iba a ocurrir casi anunciándonoslo con una gramática muy obvia, y sin embargo, entendí que la trampa consistía en hacernos sentirnos cómodos para romper después todas nuestras convicciones.
Hace unos días hablaba de Longlegs, en el sentido de que comenzaba como un thriller para luego mutar en cine de terror, con lo que la coherencia que buscábamos en la trama desaparecía de repente provocándonos cierta frustración. Lo mismo ocurre en La Espera pero creo que Gutiérrez se anticipa a la hora de dejar migas de pan en el camino. Y es que la potencia visual de es director es magnífica, con un expresionismo que engrandece naturalezas muertas y las pone en movimiento, convirtiendo el objeto más cotidiano o el insecto más insignificante en una amenaza; un creador de atmósferas que consigue inquietar desde el silencio.
Entiendo que pueda desconcertar a quienes pronto comulgan con el drama rural. A mi me atrapa. No me importa que la información no sea completa. Entiendo ese terror casi telúrico que se mueve en otro nivel y no puedo evitar la sensación de complicidad cinematográfica cuando en el final Casablanc me recuerda tanto a la última escena de Robert de Niro en Angel Heart ( y orgullo al pensar que prefiero esta ).
Sólo espero que, especialmente gracias a su segunda vida en las plataformas, esta nueva película de Gutiérrez tenga la suerte que se merece y sirva para que no tengamos que esperarle otro porrón de años.
Público
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