Polonia 2024
Olaf Lubaszenko. Jedrzej Hycnar. Wiktoria Gorodecka. Magdalena Boczarska. Lukasz Szczepanowski. Stanislaw Linowski.
Netflix
Hace unos años me sorprendió que un director alemán presentase un remake de una película española reciente, La Isla Mínima. Free Country, mantenía de forma mimética la trama policiaca pero, trasladando la acción de país y época, la utilizaba para recordar el cierre en falso en muchos aspectos de las dos Alemanias tras la caída del Muro. Lo que era un film puramente policiaco ( en el caso español con un trasfondo social ) se convertía en crónica histórico- política.
Tengo la misma sensación con El Atraco.
Aquí el suceso nuclear ( un atraco a un banco con cuatro víctimas mortales ) tiene lugar en Polonia durante los años noventa, poco después de la caída del comunismo.
La trama, dividida a modo de capítulos en los catorce días que la policía tiene para descubrir al culpable, cuenta con la particularidad de que pronto sabremos quien e . Todo se convierte entonces en una cacería entre gato y ratón. Funciona magníficamente gracias a un guion modélico a la hora de graduar la información pero, sobre todo, al perfecto dibujo de los dos antagonistas, cada uno con una personalidad carismática, ambos víctimas.
Pero como decía al principio, la película cuenta con otra capa que es la que más me interesa. En primer lugar, nos dibuja un país arruinado, decadente y con una moralidad revanchista que promete muy poco para el futuro. Es un retrato triste y sincero del que ya se ha repuesto Polonia décadas después pero que fue el resultado de tantos años de opresión. Y, sobre todo, nos ofrece un protagonista, antiguo mando de la policía comunista, que, sin contar con motivos ideológicos, mantiene la naturaleza de aquellos años oscuros. El hecho de que, ante un caso difícil se recurra a él y se le integre sin problemas, dice mucho de la relación del país entonces con su pasado.
En definitiva, El Atraco es, en su parte más visible, un thriller excelente. Y precisamente por eso, una crónica certera de un país en las fronteras del cambio e intentando salir de la miseria. Siempre he dicho que el género negro es muchas veces el mejor cine social. Este es uno de esos casos.
Público
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