España 2024
Itsaso Arana. Vito Sanz. Fernando Trueba. Jon Viar. Andrés Gertrudix. Ana Risueño. Francesco Carril. Isabelle Stoffel. Sigfrid Monleón.
El amor da para mucho.
Novelas, películas, poemas, pinturas, ensayos, canciones..., sin duda es el tema universal. Lo difícil no es hablar de él sino hacer que lo sintamos. Y, supongo que empezando este comentario por el final, en mi opinión Volveréis es una de las más hermosas historias de amor que se han filmado nunca.
La película es fascinante, entre otras cosas porque no tiene la apariencia de que pretenda serlo, y tal vez, por ello, por esa cualidad de sorpresa mágica, lo consigue.
La historia es sencilla. Los dos protagonistas han decidido separarse y quieren celebrar una fiesta con sus amigos más cercanos para celebrar el acontecimiento. Lo que se nos cuenta en sus casi dos horas, es el proceso de organización del evento y, sobre todo, de informar a sus amigos, al tiempo que siguen con sus vidas cotidianas, ella como directora de cine en el proceso de montaje de su nueva película y él como actor con no demasiado éxito. Porque eso sí, Volveréis también es una historia de amor al cine, no en vano ahí están las referencias al cine de la época dorada de la comedia hollywdiense y ese guiño metacinematográfico que acompaña la narración.
Poco a poco y sin estridencias, el guion nos va acercando a la intimidad de cada uno, con un colorido brillante lleno de matices, y consigue que sus inseguridades, sus dudas y sus certezas, nos resulten una aventura emocional apasionante. Y también muy muy divertida.
En lo que se refiere a la forma, Trueba filma con una naturalidad que siempre se ha comparado con Rohmer, consiguiendo unas interpretaciones fabulosas de cualquiera que aparezca en la pantalla, especialmente de la pareja protagonista y de un Fernando Trueba que creo que se estrena como actor (hermoso homenaje el que en un momento de la cinta le hace su hijo, más amor). Pero además, utiliza gestos caligráficos singulares que en ningún caso embadurnan la verdad sino todo lo contrario.
Lo que me pasa con Jonás Trueba es que todas sus películas, y esta especialmente, me parecen encantadoras. Salgo feliz de verlas, y no sólo por sus valores y por lo que me han gustado, sino por la ternura que me transmiten, por lo reconocibles que me resultan y porque me parece un director que siempre otorga luz a sus historias. Es humilde y generoso, vital y, visto Volveréis, por encima de todo un romántico.
Y además, aquí me ha regalado material para la reflexión, para entender la vida sin trascendencias, para saber que lo que toca es vivirla y para recordar que el amor es lo mejor que podemos llevar en la mochila.
Sí. Volveréis es ya una película que no olvidaré, y que, sin duda, me ha enriquecido. De esas obras que, al terminarlas, sientes que tienes que darle las gracias a alguien.
Público
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