Ezequiel Rodríguez. Demian Salomón. Silvina Sabater. Emilio Vodanovich. Luis Zembrowski. Virginia Garófalo. Federico Liss. Isabel Quinteros. Desiree Salgueiro
Como la comedia, el género del cine de terror es, por regla general, considerado como un género menor, tal vez por apuntar a una reacción epidérmica e inmediata en el público.
Nada más lejos de la verdad. Igual que es muy difícil hacer reír de una forma inteligente, lo es hacer temblar sin recurrir a lo fácil.
Cuando acecha la maldad es una película que sin duda deberá de pasar a formar parte del catálogo de memorables en lo que se refiere a conseguir que se nos hiele el corazón.
Y lo consigue sin optar por asustar al espectador de forma continua ni buscar el asco del gore o el exceso.
Porque lo que hay en la cinta de Rugna es un argumento firme y sólido narrativamente que se desarrolla de forma clara, apoyado en leyendas y supersticiones que empastan a la perfección con el entorno rural en el que se desarrolla la acción. No hay ni grandes explicaciones ni falsa trascendencia, sólo el descubrimiento de un poseído y, a partir de ahí, el intento por parte de los dos hermanos protagonistas de salvar a sus familias e impedir el nacimiento del demonio.
A partir de esa idea hay horrores que lo son por lo que cuentan, más allá de como este presentado. Una mujer inmolándose a hachazos, una madre devorando a su hijo, los niños de la escuela asesinos de sus mayores..... y la horriblemente sorprendente conclusión final.
Porque sí, la película se atreve a hablar de verdadera maldad, sin límites en la corrección. No hay pudor en lo que se narra aunque eso no tiene nada que ver con el exceso.
En definitiva, Cuando acecha la maldad consigue eso tan difícil que es fascinarnos desde el horror, producirnos ese vértigo que nos impide apartar los ojos de la pantalla a pesar de que eso nos haga temblar, y lo hace desde el origen, aquellas narraciones que se contaban de noche, a la luz de las hogueras, en campamentos o excursiones de adolescentes y que sin duda provenían de fuentes ancestrales basadas en la oralidad. Más miedo que nunca. Sin aditamentos.
Público
Comentarios