NOVELA: LITTLE BOY BLUE de Edward Bunker

 

 Sajalín Ediciones

480 páginas

Creo que el primer libro con el que se estrenó esta editorial ( de la que ya me declaro enamorado ) fue precisamente otra novela de Edward Bunker, No hay bestia tan feroz. Una obra potente donde realmente la novela negra es realmente novela social, donde los protagonistas son los desheredados para quienes se ha terminado el tiempo de la resignación. Leyendo la referencia a su autor, es fácil comprender que él era uno de ellos y que, posiblemente, encontró en la literatura su salvación.

Parece ser que esta, Little Boy Blue, era su novela favorita, y, una vez leía, creo que tiene mucho de sinceridad en lo que cuenta. Algo así como un ajuste de cuentas con su infancia, una explicación, una justificación quizás.

El protagonista, Alex, es al inicio un niño de once años, huérfano de madre y con un padre que tiene que recurrir a instituciones públicas ante la imposibilidad de ocuparse de él a una edad tan temprana.

A partir de ahí, acompañaremos a este muchacho, tan ansioso de amor y de contar con una familia, por diferentes centro para menores y huidas intermitentes, hasta que cumpla los diecisiete. En ese trayecto, vamos a conocer, comprender y entender ese recorrido tantas veces ignorado, que hará que Alex crezca convirtiéndose en un delincuente en manos de una ira que no puede controlar.

La narrativa es meticulosa, precisa en acciones y descripciones y capaz de dibujar diferentes personajes que en distintos momentos acompañan al protagonista. Además está empapada de una tristeza determinista que le otorga grandeza a lo que podría haber sido sólo una crónica. El resultado no está lejos de la gran literatura americana, muy cerca de Steinbeck.

Y lo peor, es que todo se nos aparece como una verdad transparente, nos enfrentamos a un mundo donde la justicia está lejos y donde la debilidad es perfectamente corrompible. Dentro del dolor que transmite, pensemos al menos, que Bunker fue capaz de salir y lanzar señales para quienes pueden hacer algo al respecto.

Esperemos que se escuchen. Y entre sus lecciones, no olvidemos la que nos dice que los libros pueden salvarnos de cualquier abismo.

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