Rumanía 2023
Linca Manolache. Nina Hoss. Ovidiu Pisan. Uwe Boll. Donna Lazar. Rodica Negrea. Claudia Leremia. Servan Pablu. Andi Vausliniau
Hace unos años, me sorprendió el título de la película rumana
ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín: Un Polvo Desafortunado o Porno Loco. Pero lo más sorprendente fue verla. Se trataba de una película por
supuesto descarada ( comienza con una grabación casera pornográfica de, sí, un
polvo ), incómoda, sucia, fea …. Pero también suponía un ejercicio narrativo en
estado de libertad absoluta, tanto en lo que exponía ante el público sin ningún
prejuicio, como en su crítica a una moral hipócrita y totalitaria, en ejercicio
constante de juicio a los demás y, por ello, una sociedad de miedo permanente.
Seguramente era una forma de criticar lo peor de herencias que deberían de
haber sido erradicadas. Una crítica contundentemente eficaz.
Su director, un tal Radu Jude vuelve a sorprender con una
película que Metacritic sitúa de primera entre las estrenadas este año, con un
título sugerente, No Esperes Demasiado del Fin del Mundo. Y con muchos puntos
en común con su propuesta anterior.
La protagonista es una trabajadora de una empresa de
producción visual, con jornadas eternas por un sueldo mínimo y la necesidad de
pasar gran parte de su jornada laboral en el coche, sumida en el tráfico
infernal de la ciudad. Es una superviviente que en ningún caso aceptaría la
condición de víctima. La mayor parte del metraje la acompañamos en la búsqueda
de trabajadores que hayan sufrido una lesión relevante y estén dispuestos a
ofrecer su ejemplo como contenido publicitario de una empresa austriaca.
Pero además, en la cinta confluyen otros dos elementos que encajarán a la
perfección, como un mecano, en la estructura narrativa.
Por un lado, los videos soeces, brutales incluso, que un
influencer llamado bobita lanza desde distintos puntos de la ciudad.
Por otro, la odisea cotidiana de una mujer taxista, Ángela, en
tiempos de Caucescu, narrada con la textura de material propagandístico.
La actualidad estará en un borroso blanco y negro, el resto,
en colores saturados, cursis.
Y finalmente llega el epílogo. Tras un intermedio que nos
recuerda lo presente de la muerte en esta cultura, asistiremos a la delirante
grabación final con los protagonistas finalmente elegidos.
Una vez más, el resultado, desde el punto de vista
cinematográfico es sorprendente, fresco, descarado, agresivo en ocasiones y
totalmente libre, desde una actitud de no necesitar la complacencia de nadie.
Y también, de nuevo, entendemos que, detrás de esta
historia, hay un cine militante y comprometido que utiliza el humor para lanzar
una crítica brutal a esta sociedad que debería haberse comprometido con avanzar
hacia la libertad y la felicidad y que se ha quedado anclada en la corrupción,
en un servilismo exterior e interior y en el olvido de aquellos que trabajaron
para que el país saliese adelante y que ahora deben de contentarse con poder
sobrevivir.
No, no veo añoranza en Jude, no puedo imaginarlo. Pero sí
quizás un aviso y cierta comprensión sobre aquellos que lo sienten.
No es fácil poner un país en pie desde la miseria. Pero será
más difícil y más peligroso si no hay voces como esta que nos recuerde cuando
erramos. Comparto y valoro el compromiso de su autor, pero además me parece un
creador que espero que siga siendo coherente porque nos dará muchos más
momentos de gloria.
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