USA 2024
Jodie Comer. Tom Hardy. Austin Butler. Mike Feist. Michael Shannon. Damon Herriman. Emory Cohen. Happy Anderson. Beau Al. Karl Glusman. Boyd Holbrook. Alex Haydon. David Myers. Karen Olchovy. Norman Reedus. Tony Donno. Paul Sparks.
El otro día, comentando la película El Clan de Hierro,
hablaba de la mitología norteamericana y de sus leyendas, en referencia al
entorno de la lucha libre. The Bikeriders está cerca. Los clubes de moteros son
sin duda otro elemento que forma parte de la cultura del país, con obras tan
relevantes como Easy Rider o referentes culturales como Jack Kerouac. Grupos de
jóvenes ( y no tan jóvenes ) amantes de la libertad, de los grandes espacios
abiertos y de la camaradería masculina, que, a pesar de su aparente ética, se
movían en el límite de la legalidad.
La película se basa en un libro de fotografía que Danny Lyon
realizó durante 1967/1971 y de las entrevistas que lo acompañaban, de hecho él,
y la mujer de uno de los protagonistas, son el hilo conductor de esta historia que nos
cuenta el nacimiento de la hermandad de los Vándalos, sus años de crecimiento y
poder, y el declive, vinculado esto último a una sociedad que había perdido su
inocencia después, entre otras cosas, de las fuertes crisis económicas y la
guerra de Vietnam.
Jeff Nichols es un director que, ya lo demostró en Mud, se
mueve bien en el terreno de los clásicos y lo hace con solvencia.
Desde el punto de vista de la escritura, consigue contar
muchas cosas de forma fluida y comprensible, a pesar de la apariencia en
momentos desordenada, así como dar entidad a todos los personajes de una
película muy coral.
Para ello, cuenta con un magnífico equipo de actores, en el
que destaca la madurez de Tom Hardy, la naturalidad de una Jodie Comer que para
mi es una verdadera sorpresa, y el físico icónico de Austin Butler.
Y con respecto a la imagen que encarna este actor, entramos
en lo que para mi convierte The Bikeriders en una obra singular. El personajes
podría ser un perfecto reflejo del James Dean de las pocas películas en las que
se coronó como un rebelde. También tenemos la sensación de que, en menor
medida, Hardy podría recordarnos a Marlon Brando, a quien se hace una
referencia explícita, y esas cabalgatas de motocicletas cruzando las ciudades,
nos lleva de nuevo a escenas con las que el cine nos emocionó muchas veces.
Sí, lo he citado antes: Nichols es un clásico y se mueve en
el ámbito de las leyendas. Tengo la sensación de que esta gran película, es un
homenaje a ese cine que sabía contar historias otorgando la grandeza a sus
personajes. Pero también, creo que el director, con generosidad, nos ofrece un
homenaje a todos nosotros, a quienes crecimos apoyando nuestra vida en lo que
veíamos en las pantallas y éramos capaces de entender que, dijesen lo que
dijesen, lo que ahí se proyectaba, era la verdad.
Que maravilloso es recobrar la experiencia gozosa de emocionarse con estas aventuras y vivirlas con sus protagonistas. Que maravilloso, sentirse parte de ellas. Volver a recordar porque el cine es un lugar mágico.
Siempre digo que cualquier comentario que realizo aquí es personal y subjetivo; así hay obras que serán más o menos perfecta pero con las que tengo la suerte de vibrar. Esta es una de ellas.
Público
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