Mads Mikkelsen. Amanda Colin. Simon Bennebjerg. Melina Hagtberg. Kristine Kujath Thor. Gustav Lindh. Thomas W Gabrielsson. Soren Mailing. Jakob Ulrik Lohmann. Magnus Krepper. Felix Kramer
Hay historias que, aunque las conozcamos, nos gusta que nos las cuenten. Son aquellas que hablan de valentía y de lucha ante la adversidad, de epopeyas de hombres capaces de domar la naturaleza y la injusticia, y de salir vencedores incluso en su aparente fracaso porque nosotros sabemos que las dignidad siempre estará por encima de cualquier triunfo. Historias que apelan a nuestros mejores sentimientos, algunos hemos crecido con ellas, porque si hay un género que resume todo esto, es sin duda el western
La Tierra Prometida está lejos del oeste americano, pero sin duda es una de esas historias. Nos sitúa en Dinamarca en 1750. Un bastardo que ha llegado a capitán del ejército, se ofrece para crear un asentamiento en nombre de su Majestad el Rey en los páramos de la península de Jutlandia. Es un visionario devorado por el deseo de reconocimiento capaz de luchar hasta la muerte contra cualquier adversidad. En frente, además de las fuerzas de la naturaleza, se encontrará con la crueldad sin límites de una sociedad de clases regida por el poder de la fuerza.
Su lucha está narrada de una forma eficaz y hermosa, apelando continuamente a una caligrafía clásica y transparente. Y el resultado es magnífico. Arcel nos devuelve ese cine grande de lucha y aventuras que tantas veces nos enamoró.
Es cierto que todo gira alrededor de un retrato lleno de oscuridad y dolor, del que nunca llegaremos a conocer sus pensamientos pero sí su obstinación y sus anhelos ligeramente infantiles pero tan potentes como para abrir la tierra en dos. Y la fuerza de este totémico personaje es sin duda la fuerza de toda la película. Para hacerlo grande hay un actor que lo es. Mads Mikkelsen hace suyo al Capitán Kahlen y nos ofrece una de esas interpretaciones que será difícil olvidar, desde el silencio y la mirada, hasta el corazón cansado de las últimas escenas.
Y en su homenaje a los desposeidos, porque estoy seguro de que la propuesta tiene también algo de reivindicación histórica hacia aquellos que lucharon para hacer de Dinamarca un país importante, el director les regala un final que es también un regalo para todos nosotros. Porque de eso se trata, de recordarnos que ser valiente, siempre vale la pena.
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