CINE: KIND OF KINDNESS de Yorgo Lanthimos

 

Irlanda 2024

Jesse Plemons. Enma Stone. Willem Dafoe. Margaret Qualley. Hong Chau. Joe Alwyn. Mamoudou Athie. Hunter Schafer

El caso de Yorgo Lanthimos me parece digno de estudio. Director maldito con películas tan contundentes como Canino y Alps, ha conseguido alcanzar el Olimpo de la industria cinematográfica, estar nominado varias veces a los Oscar y convertir sus obras en esteradas no sólo para cinéfilos sino para el mundo cultureta. En definitiva ha trascendido el mundo de los festivales para alcanzar el de las taquillas.

El camino comenzó con la incorporación de actores conocidos a sus repartos, Colin Farrell y Rachel Weszt en la magnífica Langosta, Nicole Kidman en la asfixiante El Sacrificio del Ciervo Sagrado.... La Favorita fue su primer trabajo con un guion totalmente ajeno, y su primer éxito amplio. luego vendría Pobres Criaturas, y aquí el reconocimiento comenzaría con el León de Oro de Venecia. 

Personalmente, su primera incursión en la industria más convencional, me gustó mucho por la perversión con la que teñía el género histórico. En la segunda, a pesar de que sin duda es un producto apreciable, me sobraba cierta grandilocuencia. 

Ahora, con menos de un año de diferencia, estrena Kind of Kindness, un título que no consigo comprender, pero eso es lo de menos.

La pieza está compuesta de tres historias sólo relacionadas entre ellas por el conjunto de actores que las interpretan. Las tres están mucho más cerca del Lanthimos de sus primeras películas que del de el éxito, y es que vuelve a ser él quien escribe el guion. Son historias que sumergen al espectador en un lugar extraño del que nunca llega a conocer totalmente las reglas. Pero en ellas hay posesión, ansiedad, humillación y, en definitiva, relaciones enfermas que nos enfrentan a un mundo tan desagradable como ajeno.

Sin embargo, no consigo que ninguna de ellas me enamore y me fascine como si lo hicieron Canino y, sobre todo Langosta. Podríamos pensar que la sorpresa nunca es fácil mantenerla en un mismo estilo, pero francamente creo que el problema es otro que no sé si será fácil explicar: sus primeras películas eran las de un director que quería trasladar a los demás su mundo, esta es la de un director que quiere reconstruir su mundo no tanto para trasladarlo sino para revalidar sus señas de identidad y que a nadie se le olvide quien es.

Esto hace que los argumentos carezcan realmente de un conflicto, que el público esté ajeno y que los personajes parezcan comportarse como lo hacen sólo por capricho del director. 

No quiero decir que no se note que detrás hay un muy buen director, equivocado o no, y que todo sea negativo, tiene buenos momentos, una caligrafía ágil y unos intérpretes magníficos que dan lo mejor de si mismos. Pero casi tres horas son mucho para no llegar a ningún lugar.

Público 


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