Director.-
Justin Marks. Rachel Condo. Fred Toye. Charlotte Brandstorm. Jonathan Van Tulleken. Takeshi Fukunawa. Hiromi Kanata. Enmanuel Ose- Kuffour.
Intérpretes.-
Cosmo Jarvis. Hiroyuki Sanada. Anna Sawai. Fumi Nikaido. Tadanobu Asano. Nestor Gaston Carbonell. Yuka Kouri. Moeka Hoshi. Takehiro Hira. Tommy Bastow. Toshi Toda. Yuki Kura. Yoriko çDouguchi. Yasunari Takeshima. Tokuma Nishioka. Ako. Yuki Kedoin. Hiro Kanarawa. Hiroto Kanai. Joaquim de Almeida. Nobuya Shimamoto. Justion Louis. Ned Dennehy. Yuki Takao. Eita Okuno. Yoshi Amao.
Duración.-
10 capítulos- 60' C.U.
Disney +
Recuerdo la novela de James Clavell como un best seller exótico, que todo el mundo leía y que pronto se convirtió en una película protagonizada por Richard Chamberlain. Ni leí el uno ni vi la otra. En esa época mis lecturas exóticas se centraban en Pearl S. Buck y, sí, estaba en esa edad donde si uno quiere sentirse culto tiene que empezar por no leer lo que leen los demás.... bendita e ingenua juventud.
Ahora, décadas después, Disney + nos ofrece una serie grande, una producción con la vocación de convertirse en un acontecimiento, recuperando unas condiciones épicas que ya no es habitual encontrarnos en series de televisión.
Con un derroche de medios impresionante, la pantalla recrea de forma fastuosa el Japón medieval, en el que tiene lugar esta historia de batallas e intrigas palaciegas que está al nivel de Juego de Tronos en la belleza y la magnificencia de sus escenarios pero también en la delicada e íntima descripción de los interiores. Precisamente, uno de los aspectos que convierte en importantes estos diez capítulos es su dedicación serena a la historia, generando un ritmo fuerte para las peleas y las batallas, pero también tomándose su tiempo para mostrarnos la ceremonia del te. Además, cuenta con magníficos intérpretes como Jarvis y Sanada. Y se atreve nada menos que con una presencia casi constante de los subtítulos para mantener la constante sensación de la barrera entre los dos mundos.
Desde los ojos del extranjero, conocemos ese país, frío y cortés, salvaje y exuberante. Totalmente desconcertante a ojos occidentales a la hora de afrontar la vida y la muerte. Y con él nos perdemos en el entramado de la estrategia de luchas.
Shogun es apasionante y lenta, agradabilísima de ver, compleja en algún momento de seguir, pero, sobre todo, recobra esa épica aventurera que hacía que nos enamorásemos de la pantalla. Personalmente, me ha hecho retrotraerme a los tiempos en que Salgari era una garantía.
Que bueno es perder la necesidad de trascendencia.
Público
Comentarios