CINE: SANGRE EN LOS LABIOS de Rose Glass

 

USA

Kristen Stewart. Katy O'Brian. Dave Franco. Ed Harris. Jena Malone. Anna Baryshnikov. 

Hay un cine que posiblemente sea hijo de lo que se llamó el cine independiente americano cuando esa definición tenía sentido. Se quedo con su estética a pesar de que los presupuestos que maneja permiten una caligrafía cuidada. Se quedó con sus escenarios, una América hasta entonces desconocida aunque habitada ahora en ocasiones por verdaderas estrellas. Pero sobre todo se quedó con su libertad a la hora de narrar y, sobre todo, de elegir los temas a tratar.

Sangre en los labios nos cuenta la historia de Lou y Jackie, dos chicas con pasados oscuros y presentes plomizos y sin futuro. Una gestiona un gimnasio, la otra sueña con presentarse al mundial de culturismo en Las Vegas. A su alrededor hay demasiadas complicaciones como para que, a primera vista, su romance tenga muchas posibilidades de funcionar.

El escenario, es uno de esos pueblos del centro de los EEUU que parecen estar muriéndose permanentemente y donde no esperas encontrarte a un sólo personaje feliz y que no guarde terribles secretos. 

Rose Glass no se corta a la hora de hacer que su cinta sea clara, tanto en lo que se refiere al sexo como a la sangre, pero, en contra de lo que he leído en alguna crítica, está lejos de ser obsceno. Mide perfectamente la exposición en la que no hay nada gratuito, y así la historia avanza con fuerza y alguna concesión a las coincidencias, como una muestra del mejor modelo de género negro, ese que se centra en las miserias de los seres humanos. Pero personalmente creo que, lo que verdaderamente es Sangre en los labios es una improbable historia de amor de dos personajes desesperados a quienes la directora decide concederles la oportunidad que se merecen, de ahí esa broma final con forma de sorprendente fantasía y de ahí también los últimos fotogramas e incluso los títulos de crédito finales. Lo importante no es que nos creamos que van a ser felices, a fin de cuentas es cine y su historia termina donde termina la película, pero nos alegramos por ellas.

Merece una mención especial Kristen Stewart. La chica de Crepúsculo sin duda se ha convertido en la actriz más importante de su generación. Es capaz de interpretar a Diana de Gales, de trabajar con Binoche o, como en este caso, de convertirse en un personaje con muchas capas que sólo iremos conociendo a medida que su mirada, esos ojos preciosos, va haciéndose cada vez más precisa hasta tomar el mando. Creo que empieza a ser una de esas actrices que ya justifica por si misma ver una película, pero además tiene un criterio muy selectivo a la hora de elegir proyectos. 

Sangre en los labios es también extrañamente hermosa en su retrato de la desesperanza que convierte el amor en algo necesario y enfermizo, es delicada aunque no lo parece y extrañamente romántica. Un cine atrevido, sí, porque no se deja caer por la facilidad de la sangre sino que se decide por la caricia del beso..

Público

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