CINE: EL ÁRBOL DE LAS MARIPOSAS DORADAS de Pham Thien An


España 2023

Nguyen Thi Truc Qynh. Le Phong Vu. Ngoc Manh. Nguyen Thinh

Voy a intentar no parecer pedante al hablar de esta película de casi tres horas en la que es difícil encontrar un arco narrativo, pero es que la mayoría de imputs que me produce, son sensaciones que surgen casi como una reacción alquímica que me resulta difícil de explicar.

Intentando resumir la historia, diremos que trata de un joven que se ve obligado a ocuparse de su sobrino, un niño, cuando la madre de este, su hermano, fallece. Esto le llevará a regresar desde Saigón al lugar donde vivió, un pasado en el que intentará buscar a su hermano ausente, poner orden de alguna manera, y regresar a su propia vida.

Pero lo que más sorprende cuando uno la recuerda, es que la sensación que queda es la de un gran misterio. Eso puede deberse a la fugacidad de los paisajes muchas veces envueltos en niebla, a la opacidad de la narración compuesta siempre de detalles no siempre definidos, pero personalmente creo (  y aquí viene el peligro  de parecer pedante ) que se debe a la distancia a la que el director es capaz de colocar al espectador. 

Voy a intentar explicarme: todo se nos cuenta con relativa cercanía de foco, hay panorámicas pero también planos cerrados, y sin embargo, ni sabemos mucho del personaje principal, ni conocemos sus sentimientos o sus razones, ni sabemos si lo que vemos es siempre realidad, ni, lo más importante, sabemos hasta que punto tiene que importarnos lo que ocurre. Es más, a partir de un momento, deja de importarnos realmente.

Phan Thien arriesga en un inicio a que nos quedemos fuera, de hecho, las primeras escenas son confusas en lo que se refiere a empatizar con el personaje principal y con lo que está ocurriendo. Pero también nos resulta imposible sustraernos de lo que no sabemos. Quizás sea eso parte del misterio. No sé en que momento me rindo y paso a ser "contemplador" y a disfrutar de una sucesión de fotogramas llenos de hermosura, en ocasiones la hermosura clara, abierta y convencional, como la de los paisajes de una naturaleza brutal, en otras la de lo cotidiano, la del encuadre que convierte una fotografía en un cuadro.

La caligrafía que elige el director es pausada, morosa. Se toma su tiempo para, de alguna manera, compartir la posición de observador y trasladarnos la sensación de que aquí las cosas pasan, no ocurren. Nunca sé como consiguen ciertos artistas transmitir sensaciones, en este caso, la fragilidad y la ausencia son una constante y, que complejo conseguir que algo abstracto se materialice.

Descanso en El árbol de las mariposas doradas, en cada una de sus esquinas que nunca dejan de sorprenderme pero que lo hacen con la naturalidad de los hallazgos, porque nada de lo que ocurre produce un cambio de tono. Me encuentro extrañamente fascinado con esta recreación de la vida que nos recuerda que no es que haya algo nuevo detrás de los velos, sino que una mirada diferente permite que asome lo que permanece en sombras.

Y lo que culmina mi experiencia es la sensación, al terminar de verla, de que por un lado en ningún momento se me ha hecho larga y, al mismo tiempo, que han ocurrido muchísimas cosas, y que todo ha comenzado hace muchísimo tiempo.

En ocasiones el cine es arte. 

En ocasiones no entendemos lo que nos fascina.

Público

Comentarios