SERIE TV: NOS VEMOS EN LA OTRA VIDA de Jorge y Alberto Sánchez Cabezudo

España 2024

Director.-

Jorge Sánchez- Cabezudo. Alberto Sánchez- Cabezudo. Borja Soler

Intérpretes.-

Roberto Gutiérrez. Pol López. Quim Ávila Conde. Mourad Ouari. Tamara Casellas. Jaime Zalarain. Joan Solé. Pepo Suevos. Juan Manuel Cifuentes. Alejandro Casaseca.

Duración.-

6 capítulos- 45' C.U.

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Todos recordamos lo que estábamos haciendo cuando nos enteramos de las explosiones en los trenes, la confusión de la información que recibíamos en los primeros momentos,  el desconcierto posterior cuando todo comenzó a utilizarse políticamente, el dolor, la necesidad de empatizar con las víctimas….

Fue sin duda un bautismo de muerte. A pesar de que en España ya habíamos conocido el cruel terrorismo de ETA, no estábamos preparados para el ataque de un nuevo enemigo, capaz de alcanzar objetivos casi bélicos y de inmolarse para ello.

No he leído nada al respecto, no me han interesado ni libros ni reportajes ni programas que intentan explicarlo. Sin embargo esta propuesta, basada en una entrevista realizada por Manuel Jabois, partía de una premisa especial: el protagonista era un muchacho de apenas quince años que había participado en el transporte de los explosivos desde Asturias. No iba directa al núcleo son a quienes lo hicieron posible.

El desarrollo del thriller es magnífico. Muy bien escrito, perfecto en los saltos en el tiempo y muy bien rodado e interpretado. Cumple con su objetivo de crónica, sin duda, pero hay algo más.

Por un lado, volvemos a algo que comentábamos recientemente al hablar de La zona de interés: la banalidad del mal. Porque El Guaje ( como se conocía a nuestro protagonista ) ni siquiera tiene la formación para medir el dolor que causa, en sus peleas, en las juergas, los insultos….. No podemos decir que nos parezca un mal chaval. Simplemente vive la vida que le ha tocado vivir, y esa vida es un basurero físico y moral. Está claro que muchos salieron de allí pero ¿nos atrevemos nosotros, que lo hemos tenido tan fácil, a juzgarlo?.

Lo que ocurrió gracias a su intervención fue brutal, inmenso. El dolor que causó, incombustible. Y su arrepentimiento, muy liviano en proporción con el que esperaríamos, o tal vez muy sincero. Porqué él también se siente como una víctima. Y nuestra es la decisión de si condenarlo o no.

A fin de cuentas…. Nos queda claro en la última escena: sólo un niño perdido.    

Público 

 

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