Mia McKenna- Bruce. Laura Peake. Enva Lewis. Shaun Thomas. Samuel Bottomley. Laura Ambler. Elidh Loan. Daisy Jelley.
La pregunta que no podía dejar de hacerme a medida que avanzaba
How to have sex era ¿Cómo una película con tanto ruido puede ser tan sutil y
tan delicada?.
Todo comienza como una cinta gamberra de adolescentes pasada
por el filtro de Ken Loach. Avanza entre el desorden y lo explícito. Y yo, dentro de esa descripción del caos, tengo la
sensación de que vamos descendiendo hacia un infierno sórdido. En parte sin
duda es por lo alejada que está ya mi edad de esas formas de diversión pegadas
a lo inmediato y al exceso, pero también porque empiezo a percibir signos en
algunos de sus habitantes, miradas y gestos que insinúan que ese disfrute tiene
fugas.
Las protagonistas son Tara y sus dos mejores amigas. Ella es
algo así como la mascota del grupo, la única todavía virgen y con una madre que
se preocupa de su bienestar. Quizás también la que podría tener una vida más
estable, la más caprichosa y la que menos aprovecha las oportunidades que le da
la vida. Por eso, junto al amor, en ocasiones parece provocar envidia. Y por
eso también podría ser la que se siente más fuera de lugar. El hecho de que
haya cierta vocación a perder la virginidad en estas cortas vacaciones, tendrá
algo que ver con querer ser una más, sentir que pertenece al grupo. Aunque
posiblemente al final de la historia comprenda que el precio es demasiado alto
o que las barreras son más profundas.
How to have sex es una película agresiva en su caligrafía.
Sin ser absolutamente nada exhibicionista, lo que cuenta causa dolor. Golpea.
Pero lo más importante es que su directora es capaz de no olvidar el alma, que
su material son seres humanos, en una etapa de su vida en que su fragilidad
escondida siempre está al borde de hacerles estallar como un cristal. Y ahí
está esa capacidad de bucear en su inseguridad y su dolor a través de sus
miradas perdidas, y también esa ternura que le lleva a regalarles momentos de
luz.
Que bien escrita está también, con unos diálogo reales y
precisos y capacidad de que con dos líneas, un personaje quede definido. Y que
bien le responden todos los intérpretes. Es difícil no destacar a Mia McKenna-
Bruce, sentimos su dolor, su confusión, su tremenda metamorfosis en sólo tres
días, lo que esta chica hace aquí es algo grande.
Creo que puedo decir que esta película es hermosa. Extrañamente hermosa, como tantas veces lo es la tristeza. Sólo me queda soñar que estos jóvenes, que son tantos, no se rompan en su camino a crecer. Ellos no son culpables de nada. ¿ Nosotros? ¿ no deberíamos dedicarle una pensada?
Público.
Comentarios