Andrew Scott. Paul Mescal. Jamie Bell. Claire Foy.
Hay varias cosas que me confunden de esta sobreelaborada película que, sorprendentemente, se ha convertido en algo parecido a un hito dentro del cine independiente.
La historia, por denominarla de forma convencional, es la de un hombre que vive sólo en un gran edificio de apartamentos prácticamente vacío. Es guionista e intenta escribir algo relacionado con sus padres, fallecidos en un accidente cuando él contaba doce años. Al tiempo que entra misteriosamente en contacto con los fantasmas de sus progenitores, comienza un romance con su único vecino. Tanto con él como con sus padres, se sincerará sobre lo que supuso para él asumir su homosexualidad.
Todo comienza en un nivel casi de abstracción, no hay otros seres humanos en el entorno del protagonista, ni siquiera andando por la calle, sólo cuando utiliza el transporte público o está en locales de ocio. Él, ellos, parecen vivir en una isla, eso nos hace dudar sobre si estamos asistiendo a una historia interior, desde una perspectiva íntima. Tampoco el tiempo parece transcurrir de una forma ordenada, al tiempo que cabalga entre la realidad y el sueño. Todo es una mezcla entre lo conceptual y lo extremadamente epidérmico.
¿ Y cual es el aparente mensaje? pues Haigh nos habla de muchas cosas, todas ellas relacionadas con la fragilidad del ser humano y su soledad, especialmente cuando además es parte de un colectivo vulnerable. Aunque según he leído en algunas críticas, el tema central es nada menos que el amor, así, a lo grande.
En mi caso, tengo que reconocer la emoción y la ternura que me producen algunas escenas, también cierta sensación de cursilería otras ( ese final), e incluso alguna me resulta grotesca. No me molesta nada pero tampoco termina de engancharme. Creo que hay varias fallas en un guion que no consigue desarrollar positivamente las buenas ideas, comete a mi entender cambios de perspectiva no justificadas, no conocemos el desencadenante de todo lo que ocurre ( quizás la escritura del texto sobre los padres del protagonista, pero no está claro ) hay artificio.....
Repito, no puede decir que Desconocidos no haya conseguido atraparme en algunos momentos, que no perciba el dolor con una pureza transparente, aprecio la sinceridad en las rememoraciones, me gustaría consolar a estos niños perdidos... quizás sea que alcanza cotas demasiado altas en algunos momentos como para no parecer globalmente irregular. Valoremos el hecho de que haya llegado al corazón de tanta gente.
En cualquier caso, como canta Frankie goes to Hollywood, nunca infravaloremos el poder del amor.
Público
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