TEATRO: ES PELIGROSO ASOMARSE AL EXTERIOR de Enrique Jardiel Poncela

 

Director.-

Pilar Massa

Intérpretes.-

Lucía Quintana. Daniel Freire. Jacinto Bobo. Katia Borlado. Cesar Camino. Raúl Fernández de Pablo. Elena González. Malena Gutiérrez. Paco Ochoa. Guillermo Manuel Ortega. Cynthia Rosado. Guillermo de los Santos. Raquel Varela. Samuel Viyuela González

Hay dos autores, Miguel Mihura y Jardiel Poncela que fueron para mi un referente en mi amor por el teatro. Cuando todavía no estaba en Madrid, la lectura de sus comedias o sus representaciones en Estudio 1, me acercaban a un mundo tierno y divertido, lleno de imaginación, que me preparó para avanzar hacia otros caminos más vanguardistas y quizás complejos ( aunque no creo que las propuestas de estos dos fuesen simples ). Eran tal vez el contrapunto cómico al realismo de un Buero Vallejo, otra referencia personal entonces.

En los ochenta aun eran representados con cierta frecuencia, pero poco a poco, han ido desapareciendo, considerados posiblemente vestigios de un teatro superado ya. Enterradas quedan muchas obras valiosas que tuvieron el mérito de atreverse a presentar otra mirada cercana al absurdo, jugar con los géneros y, sobre todo, hacer algo tan importante como divertir al público.

Aunque sólo sea por eso, siempre que alguien se lanza a una reposición, ahí estoy yo. Y no lo entendáis mal, no es un homenaje, es que me gusta reírme y descansar la mente durante unas horas, y sé que voy a conseguir las dos cosas.

Desconocía Es peligroso asomarse al exterior. Al parecer es una obra poco representada y no, posiblemente no sea uno de los mejores textos de su autor. Parte sin embargo de una idea ingeniosa, tiene una arquitectura dramática sólida para mantener su duración, cuenta con las constantes de su autor en lo que se refiere a comicidad e incluso, si se quiere vincularla a los tiempos que corren, cuenta con un final muy acorde con el discurso feminista.

La versión que Pilar Massa ofrece en el Teatro Español, asume desde el principio su antiguedad, y así, lo que nos encontramos, es una pieza de su tiempo, escenificada como en su tiempo, con un sólido decorado, un vestuario generoso y nada menos que catorce actores. En frente, un público que está llenando todas las funciones y que está claro que disfruta muchísimo.

¿Antiguo?, yo prefiero llamarlo añejo. Y será que me recuerda a muchas tardes descubriendo que el teatro era algo único o maravilloso o muchas lecturas sorprendentes. Llámalo nostalgia. Si es así, ayer tuve una encantadora tarde de nostalgia.

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