Ediciones Reno
421 páginas
En el caso de hoy, es sin duda importante la novela que debería comentar. Faulkner, de cuyas obras ya he hablado alguna vez, me parece un escritor totémico, y esta, una de las muchas que tengo la suerte de tener pendientes, es sin duda de las grandes. Una narración coral con la densidad bíblica en la textura de sus personajes y la estructura episódica de diferentes historias que se van acumulando hasta formar ese tapiz grueso de un territorio pegado a un tiempo en que los hombres vagaban por la tierra sin más obligación que sus miedos, sus sueños, sus ambiciones y su miseria.
Pero hoy me llega más el libro que he fotografiado. Pertenece a la biblioteca de mi padre que debemos deshacer y forma parte de los muchísimos volúmenes que, desde mi infancia, tuve la suerte de tener a mi disposición.
Fue entonces cuando mi vida se decanto hacia la lectura como la más importante aventura, aunque la vida me llevó a vivir muchas otras. Y gracias a ello, precisamente, mi vida no fue sólo una.
Leer este libro, de páginas gastadas y alguna suelta, y letras pequeñas, ha sido recuperar una textura que nunca olvidaré. Como no olvidare el arribismo de los Snopes, o al hombre enamorado de una vaca, la compra de los caballos salvajes, la búsqueda del tesoro, y tantas tantas historias.
Público
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