Esteban Bigliardi. Daniel Elias. Margarita Molfino. Germán de Silva. Laura Paredes. Gabriela Saldón. Fabian Casas. Iair Said. Cecilia Rainero. Sergio Hernández. Pablo Pinto. Lalo Rotavería. Mariana Chaud
Hace poco comentaba aquí otra película argentina muy emparentada con esta, Trenque Leuquen, seguramente aun más radical en la puesta en escena de sus planteamientos, de hecho, aun más larga ( la que nos ocupa llega a las tres horas, la otra supera las cuatro ).
Ambas parten de una historia en principio transparente, para poco a poco, y con una libertad absoluta, convertirse en otra cosa, o mejor dicho, en muchas cosas, diferentes.
Aquí todo comienza con un robo en un banco. El autor es un hombre gris, seguramente un empleado modelo en su asunción de la rutina. Todo sucede con meticulosidad, casi un robo aburrido, ajeno a toda tensión. Pronto involucra a un compañero: este deberá de guardar el dinero durante los tres años que tendrá que pasar en la cárcel después de entregarse. A partir de ahí, todo irá abriéndose en forma de abanico y asistiremos, además del robo, a dos historias de amor y a un drama carcelario, y a muchas más pequeñas historias que en ocasiones conseguirán fascinar con sólo un atisbo, como las lecturas de Morán en prisión.
Moreno tiene una caligrafía de contraste. Ante una cámara meticulosa, casi cansina, desarrolla elementos estéticos de muchísima riqueza que maridan con la riqueza del guion. Mientras la disfrutamos, también podemos jugar con él, en detectar aspectos borgianos como que los nombres de los tres protagonistas principales, sean combinaciones de las mismas cinco letras. Y siempre, con la seguridad de que es imposible que imaginemos lo que va a ocurrir después.
Es un cine que me sorprende en tiempos tan frenéticos. Un cine lento, que se toma su tiempo sin complejos, consciente de si mismo. . En este sentido, y en su atención a los detalles, podrían emparentarse incluso con las tres horas de Los asesinos de la luna de Scorsese, aunque en un registro diferente. Cine literario incluso en su estructura, que remite a esas largas novelas en las que todos nos hemos perdido muchas veces. A mi personalmente me recuerda a entonces, y siento la misma ilusión, la misma emoción que entonces, la misma sensación de aventura aunque ahora tenga un matiz más intelectual.
Y me enamoro, porque sé que detrás de obras así, hay gente que ama el cine, a muerte, lo que garantiza que, pase lo que pase, siempre existirá.
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