UK 2023
Sandra Huller. Christia Friedel. Marie Rosa. Johann Karthaus. Nele Ahriensmeiler. Medusa Knopf. Maximilian Beck. Stephanie Petrowitz
Personalmente creo que hay pocas cosas tan peligrosas como
la banalidad del mal, ese escalón que se supera frente a posibles
remordimientos y que justifican nuestra indiferencia ante el dolor ajeno en la
asunción de una situación concreta, en este caso en un momento histórico con
sus propias reglas. Lo que para algunos puede servir como disculpa frente a las
circunstancias culturales y sociales, para mi es simplemente una elección más
que en ningún caso esta justificada. Y creo que, sobre eso, esta película dice
muchas cosas.
Nos encontramos en el campo de concentración de Auschwitz en
su momento álgido, y sin embargo, apenas veremos a algún preso, ni entraremos
en el interior de las instalaciones. El escenario principal será la casa,
adosada a las paredes del infierno, donde habita la familia del Comandante
Hoss, el máximo dirigente del lugar, con tres criadas, piscina, gran jardín,
invernadero….
El horror nos impacta sin que estemos preparados, porque
aparece en la planificación genocida de un grupo de militares, que verá
cualquier encargo de exterminio como una oportunidad de ascenso, pero, sobre
todo, porque se colará en las conversaciones cotidianas de tres amigas que,
además, serán perfectamente conscientes de estar aprovechando la situación en
su beneficio. Aquí es donde creo que Glazer toma una decisión personal y
acertada: no es posible la excusa, y así lo demuestra en el personaje de la abuela
y su breve visita.
No recuerdo la novela de Martin Amis en la que se basa y que
leí en su momento, y tengo que decir que el guion me parece perfecto, frases
precisas, las palabras justas y la involucración del espectador necesaria para
comprender todo lo que ocurre, exigiéndonos una involucración que no facilita
su frialdad.
Otra cosa es la puesta en escena. El director opta por una
película conceptual en que todo lo humano nos queda lejos a pesar de la
precisión de los retratos. Está construida más que narrada, a través de
distintos cuadros y, cuenta con aciertos narrativos incuestionables como el
fuera de campo, y sobre todo la utilización del sonido y el silencio. Consigue
crear una inquietud constante pero no me pasa lo mismo con los sueños en
negativo. Hay escenas inolvidables como ese final en la escalera, pero también
un epílogo que proporciona mucho material de reflexión, no sé si coherente con
el mensaje.
La zona de interés es una película tan arriesgada que es
difícil que será redonda. Todavía no sé si en conjunto me gusta, me gusta mucho
o me gusta muchísimo. Sí sé que es un ejercicio potente y particular y que será
difícil olvidarla.
Y sobre todo, que me ha revuelto el estómago. Supongo que
era lo que pretendía.
Público
Comentarios