Timothee Chamalet. Hugh Grant. Sally Hawkins. Olivia Colman. Paterson Joseph. Matt Lucas. Mathew Manynton. Calah Lane. Jim Carter.
Creo que todos sabemos quien es Willy Wonka, el excéntrico millonario protagonista de Charlie y la fábrica de chocolate, de mi adorado Roald Dahl. Wonka, la película, se convierte por lo tanto, al igual que ocurría con Maléfica o Cruella, en una precuela que nos explicará el origen del personaje, pero a diferencia de estas, en este caso se trata de un personaje bueno y entrañable, por lo que no existe el drama, y posiblemente hay una visión más claramente infantil.
Para analizar el resultado, lo primero es decir que el espíritu de Dahl está presente en el guion: no intenta ser políticamente correcto ni hacer coherente su desbordante fantasía, nos invita a subirnos en su parque de atracciones y, si estamos dispuestos, sin duda vamos a pasarlo muy pero que muy bien.
La historia comienza con Willy llegando a Londres con el objetivo de montar su tienda de chocolate. Es ya un joven mago, un creador lleno de sueños y de poesía. Por supuesto, se encontrará con una buena colección de malos, dispuestos a hacer naufragar sus deseos. Pero también un grupo de amigos con los que formará un variopinto equipo.
Wonka es, digámoslo ya, una gozada ideal para estos días. Cuenta con una dirección artística magnífica, en su faceta musical hay unas canciones y coreografías dignas de espectáculo de Broadway, es muy divertida y nos empuja a sacar lo mejor de todos nosotros.
Es como una gran tarta. Una delicia colorista a zamparse sin complejos.
Público
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